El periodista español ejerce como profesor de la Escuela de Periodismo de El País y también es columnista; es parte de la Fundación Ortega y Gasset en Historia Contemporánea y de la Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano de Cartagena (Colombia).

Estuvo en Manabí y habló con El Diario sobre el futuro de los medios tradicionales y la era digital.

Miguel Ángel Bastenier: Europa no es partidaria de las leyes de prensa y Estados Unidos tampoco. Pueden haber reglamentaciones de prensa, derechos de réplica, pero lo que realmente importa es el ordenamiento jurídico y democrático. Si un periódico se extralimita e infringe las leyes, lo que hay que hacer es proceder legalmente y eso está visto, pero esta sobrerregulación no existe fuera del Ecuador.

Las sanciones deben existir, pero deben ser por la vía legal. Lo que hay que tener es cuidado de que no se difame en la prensa, pues eso sí es castigado.

El periodismo no se desarrolla de la misma forma con estas leyes de prensa, eso no se ve en otros países.

El periodismo ya es digital, la supervivencia del periodismo que conocemos está en el mundo digital.

Pero yo rechazo a los que dicen ‘yo soy periodista digital’. Se es periodista y punto. Se es periodista en la plataforma que sea y cuantas más haya es mejor para el lector, para el periódico y la publicación.

El periodista siempre debe leer, tener curiosidad e interés, estar en las cosas  y gustarle la realidad diaria y al mismo tiempo obtener conocimientos en tecnología.

El periodista que actúa en más plataformas tiene un valor distinto que el que simplemente escribe bien, pero eso no quiere decir que no deba hacerlo.

No. El periodista debe tener siempre claro que la Internet es una herramienta a la que hay que dar un buen uso. Yo, inevitablemente soy un periodista de papel, pero eso no quiere decir que no he tenido que estar presente con la tecnología.

Primero debemos tener claro que ya no son periódicos de papel y tinta, son periódicos digitales que tienen o no tienen una edición en papel. Ese es el punto de partida, pero no me atrevo a hacer vaticinios de si esto mejora el periodismo. 

Influyen enormemente para bien y para no tan bien. Hay que estar en las redes sociales; sin ninguna duda el medio que no esté pierde el tiempo. No basta con la web, es estar también en las redes sociales instantáneamente. Los grandes periódicos tienen una sección que está vigilando las redes 24 horas del día para saber qué es lo que se está mirando y eso sin duda acerca al medio de lo que quiere conocer el lector porque está creciendo la comunicación en redes sociales que es persona a persona y a la información. 

Meterse en lo digital y no salir no es bueno. Pero esa es la gran cuestión, el planteamiento de que lo digital sea rentable. Sin embargo, la publicidad en Internet sigue aumentando y eso hace que muchas veces el papel quede a un lado. A partir de un momento donde haya un volumen grande de publicidad en la web digital la demanda del papel bajará, pero seguirá habiendo papel. 

No se ha secado la tinta cuando hay elementos nuevos de transformación del periodismo. No lo puedo vaticinar, pero sí pienso que el papel seguirá y será siendo imprescindible en muchos lugares, aunque la tecnología no para. 

La proximidad es otra de las cosas muy factibles para el papel porque económicamente implica una inversión mucho menor. Ese diario va a un comprador potencial.

Esto lo preguntan mucho y contesto lo que nadie quiere escuchar: la prensa no tiene ningún papel especial en el proceso de paz. Hubo un tiempo en el que se hacían seminarios para preguntarse qué puede hacer la prensa en favor de la paz y ellos no tienen que hacer nada. 

Lo que tienen que hacer es trabajar a favor de la democracia y los lectores tomarán la decisión que les parezca más oportuna. El papel de la prensa es importante, pero no para ir en favor o en contra de la paz.