El emprendedor, de 50 años y oriundo de Jipijapa, indicó que lleva en el comercio la mitad de su vida. Durante 15 años trabajó en la venta de legumbres y hace 10 incursionó en el negocio del coco, con el cual mantiene a su familia, compuesta por su esposa y cuatro hijos. 

Jornada. Rodríguez indicó que comparte la semana entre Montecristi y Paján. Muy temprano en la mañana sale a proveerse de coco directamente con los productores de Riochico, así evita al intermediario y por ende el encarecimiento de la fruta.

Una vez cargada su vieja pero eficiente Nissan Junior de 1978 se traslada a Montecristi o a Paján, donde desde las 09h00 inicia la venta de esta fruta hasta las 17h00, y retorna a su vivienda en Jipijapa. 

Don Vicente comenta que antes del terremoto del 16A las ventas eran mejores, pues expendía en un día entre 400 y 500 unidades de coco, pero ahora vende la mitad. 

“Un domingo en Paján antes del terremoto vendí 800 cocos en un día, sólo en la zona urbana”, dijo el  comerciante.

Junto a su hijo mayor vende el coco de esquina en esquina por las calles de Paján. Su servicio es completo, ya que si lo quiere en funda para llevar también le ponen el agua junto a la carne y un sorbete.

Rodríguez afirma que este negocio le deja para mantener a su familia y está conforme con lo que vende, a pesar de que han bajado las ventas en un 50 por ciento, dice.