Costa Limpia fue creada en el 2011, en la administración municipal del exalcalde de Manta, Jaime Estrada. 

Su función es recolectar, transportar y depositar los desechos sólidos industriales, tóxicos y biopeligrosos.

Se la llamó empresa mancomunada porque serviría para atender a Manta, Jaramijó y Montecristi, pero meses después este último cantón desertó de la propuesta. 

William Navarro, gerente de Costa Limpia, dijo que en diciembre del año pasado, cuando asumió el cargo, la empresa ya arrastraba grandes deudas. 

Un informe económico reveló que la entidad mantiene hasta la fecha una cuenta por pagar de casi 806 mil dólares. 

Navarro dijo que no tienen el dinero para salir de todas las deudas.

Los ingresos. De acuerdo a la ordenanza que creó a Costa Limpia, su financiamiento se realiza mediante dos vías: por servicios prestados a empresas, y por la tasa de aseo que se paga en las planillas de energía eléctrica. 

Según el gerente, el problema financiero se agudizó tras el terremoto. Explicó que antes la recaudación por servicios a empresas promediaba los 45 mil dólares mensuales, pero a raíz de la tragedia disminuyó la cifra porque algunos contratos no continuaron.

En la recaudación de la tasa por aseo la historia es similar. Navarro informó que antes recibían entre 150 y 170 mil dólares mensuales, pero ahora la cantidad es menor, no supera los 120 mil dólares. Dijo que los valores se han reducido porque mucha gente no ha pagado las planillas (donde se incluye la tasa por aseo). 

La realidad de la empresa se observa en un informe económico que los directivos enviaron a los concejales.

Según el documento, en agosto se recaudaron 122 mil dólares por tasa de aseo y 45 mil dólares por servicios a empresas

En total 167 mil dólares. Pero los gastos fijos mensuales de Costa Limpia son 218 mil dólares. Así, la empresa quedaría solo en agosto con un déficit de 51 mil dólares. 

Para el concejal Raúl Trampuz la situación de Costa Limpia es crítica y se debe buscar rápido una solución. A él le preocupa más que la empresa no tenga el dinero para cancelar los sueldos de los empleados, 

que supera los 200 mil dólares. 

“Si no hacemos nada la cuenta por pagar seguirá creciendo y los empleados continuarán impagos. Esto no puede continuar así porque es doloroso ver a los obreros lamentarse porque no tienen dinero para comprar la comida”, dijo.