Dijo que están coordinando con todos los entes involucrados, a quienes se les ha entregado el cronograma de apertura de calles hasta esa fecha, para que se vayan restituyendo los servicios públicos, especialmente el alumbrado y la semaforización, además de las telecomunicaciones, así como agua potable y alcantarillado.

Añadió que los servicios no serán instalados “de la noche a la mañana porque se necesita medir, cuantificar los daños, colocar infraestructura como postes y redes”.

Tras la apertura, el lunes, de las calles Morales y Rocafuerte, la zona cero se achicó más. 

Las vallas están en el perímetro de las calles Morales, Córdova, Francisco Pacheco, Alajuela hasta empatar con la Córdova, que están abiertas al tráfico pero permanecen a oscuras o tienen iluminación a medias.

Hay pocas demoliciones. Una es la del edificio Bravo, en la Pedro Gual y Chile, frente a donde era el Centro Comercial Municipal. 

Otro punto de intervención es en el Banco Comercial de Manabí, en la 10 de Agosto y 18 de Octubre. Estas calles serían abiertas al tráfico la próxima semana, anunció el gerente de Portovial, Gustavo Barrera.

Según el gerente de la reconstrucción, Marcel Guillem, en Portoviejo quedan por demoler 13 edificaciones. 388 ya fueron derribadas.

Seguridad. Javier Santos, gobernador de Manabí, ratificó que el plazo para la apertura de la zona cero es octubre y se está coordinando con la Policía Nacional para que intensifique los controles, pues por la oscuridad reinante pueden ocurrir incidentes. 

La zona cero sigue a cargo de los militares.

Santos dijo que la Corporación Nacional de Electricidad (Cnel) instalará un alumbrado provisional hasta que en la reunión que mantengan en unas dos semanas con las autoridades locales, se establezca el plan de trabajo para la intervención definitiva con el soterramiento de cables para electricidad y telecomunicaciones como parte del proyecto PRIZA de la Cnel (Proyecto de Reconstrucción Integral de las Zonas Afectadas), lo que será a mediano plazo.

Barrera señaló que se trabaja en la rehabilitación de los semáforos en las calles abiertas y que la Dirección Municipal de Higiene realiza la limpieza total antes de abrir una calle y la Epmapap previamente tiene que restituir tapas de alcantarilla y reparar daños en las redes y los colectores.

Espera. El cruce de vehículos por el perímetro de la zona cero es lento. 

Los conductores bajan la velocidad para observar  los daños y el avance de las demoliciones. 

Intentan recordar qué quedaba en tal o cual esquina, y la tristeza los embarga cuando no logran ubicarse porque el panorama cambió con el terremoto.

El dolor también se apodera de los ciudadanos que retornan poco a poco a  ver en qué estado están sus casas y negocios.

Trabajo. Luis Arteaga Macías llegó a barrer y a hacer pequeñas reparaciones.

Su edificio de tres plantas está en la Morales y 9 de Octubre, entre dos terrenos vacíos por la caída de la Cooperativa Magisterio Manabita y un inmueble de su familia, que afectaron su vivienda en la que tiene que hacer costosas reparaciones. 

Señaló que ha vuelto para iniciar el proceso de reconstrucción, cuando sea posible, pero primero necesita acondicionar la planta baja para alquilar tres locales comerciales y tener una garantía para solicitar un crédito para reconstrucción. 

La tragedia también significó una oportunidad de trabajo para muchos.

Jaime Vinces y Modesto García trabajan en la construcción de dos locales comerciales en las calles García Moreno y 10 de Agosto, en un terreno donde se cayó una edificación. 

“Lo importante es que hay trabajo, pagan poco pero pagan, para llevar el pan del día a la casa”, indicó García, con bailejo en mano para dar forma a un muro de cemento. 

Lo importante es que estamos saliendo adelante, indicó Vinces.