Actualizado hace: 930 días 15 horas 43 minutos
Manta
Milton Mendoza trabaja desde una silla de ruedas para mantener a sus padres

El hombre perdió la capacidad de caminar después de que también fue atropellado por un vehículo.

Miércoles 24 Agosto 2016 | 06:44

Milton Mendoza y su padre, José, están a una pared de distancia, pero recién se pudieron ver la semana anterior, después de un mes.
La silla de ruedas que transporta a Milton no cabe en la puerta de la casa donde ahora vive José. 
Hasta antes del terremoto del 16 de abril ambos vivían juntos, pero una complicación en la pierna derecha de José, por un accidente que sufrió hace tres años, lo obligó a mudarse con una de sus nietas y a pasar los días acostado en un colchón que le regalaron.
Mientras tanto Milton, pese a su discapacidad, debe salir a cuidar carros en las afueras del Registro Civil para poder mantener a sus padres. 
Él perdió la capacidad de caminar después de que también fue atropellado por un carro, cuando vivían en el sector Miguelillo de Calderón (Portoviejo). 
“Soy el único que trabaja en casa para comprar la comida, los medicamentos y los pañales para mi padre. Mi mamá Rosa es quien ahora vive conmigo, y por su edad ya no puede cuidar de mi papá y menos trabajar”, dijo Milton.
Su día empieza a las siete de la mañana. A esa hora conduce su silla de ruedas desde su casa, ubicada a dos cuadras del Registro Civil, para empezar a cuidar los vehículos. Gana semanalmente entre 10 y 15 dólares.
Hay días en los que Milton no almuerza, para aprovechar a los clientes y hacer un poco más de dinero, porque sabe que en casa tienen muchas necesidades.
Los sábados madruga para ir hasta el mercado Central y hacer las compras de la semana. El trayecto desde la ciudadela Urbirríos, donde vive, hasta el mercado lo hace en su silla de ruedas.
Hay ocasiones en que un vecino que tiene una camioneta lo lleva hasta el centro de la ciudad, mientras que a su regreso debe hacerlo en su misma silla o coger un taxi, según las compras que haga. 
Gema Mendoza es sobrina de Milton y quien cuida a su abuelo desde que ocurrió el terremoto. Ella contó que la situación empeoró porque a José ya no le pagan el Bono de Desarrollo Humano.
“Con ese dinero anteriormente mis abuelos y mi tío subsistían, pero con una actualización de datos realizada antes del terremoto le quitaron el bono, y ahora solo cobra mi tío, pero eso no les alcanza”, dijo Gema.
 
>Ayuda. Ella solicita ayuda para sus abuelos y tío, porque asegura que hasta ahora es poca la que han recibido, pese al estado en el que se encuentran.
La casa en la que viven es de caña y está construida de forma rudimentaria. Ellos también solicitan ayuda para construir una vivienda mejor, ya que con el terremoto la que habitan sufrió algunos daños.
Rosa Cevallos tiene 81 años y es la mamá de Milton. Ella dijo que en su casa se ha tenido que colgar varios cabos en el interior para que su hijo pueda sostenerse y llegar hasta la cama, la cocina y el baño, ya que el problema en sus piernas se lo impide.
El día del terremoto se quedaron en el interior de la vivienda, porque a Rosa le fue imposible salir con su hijo en silla de ruedas y su esposo con una pierna inmóvil.
“Ya no tengo esas fuerzas de antes para cuidar de ellos; a pesar de eso sigo luchando para poder cocinarle y atender a mi hijo, porque él realmente es el único que ayuda en casa”, contó.
En el Ministerio de Inclusión Económica y Social, (MIES) no se detalló cuántos bonos han sido entregados a personas con discapacidades, pero sí se informó que hasta ahora 11.115 personas han sido beneficiadas entre los bonos de acogida, alquiler y alimentación, por haber sido afectados sus hogares con el terremoto.
 
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