La bomba que estaba siendo reparada en Guayaquil llegó a Portoviejo y ya fue instalada junto a la que había entrado a operar hace 3 días, lo que permitió parar la descarga de aguas servidas que contaminaban el río desde hace varios meses, según moradores de San Alejo, que reclamaron por los malos olores que habían vuelto insoportable la situación.

Inclusive el Gobierno Provincial de Manabí a través de la comisaría ambiental amenazó con sanciones si no se presentaba un plan de remediación.

Frank Mendoza, director de operación y mantenimiento de la Empresa de Agua Potable y Alcantarillado de Portoviejo (Epmapap), dijo que con el terremoto 300 metros lineales de la línea de impulsión que lleva las aguas residuales a la planta de tratamiento sufrieron daños y se quemó una bomba.

La otra permitió ir revisando la tubería para hacer arreglos provisionales, y al final también se quemó. 

Pero la solución final está en manos del Comité de Reconstrucción y cuesta 400.000 dólares. El proyecto contempla una nueva línea de impulsión y un paso elevado porque la actual, que sufrió los daños, pasa debajo del río y eso complicó la reparación.