Actualizado hace: 929 días 23 horas 21 minutos
Oswaldo Valarezo Cely (*)
El contrabando de limón

La producción nacional de limón sutil y por ende la de Manabí, afronta la competencia desleal de limones de mala calidad introducidos ilegalmente por las fronteras del norte y del sur. Por esta razón nuestros productores tienen serias dificultades para comercializar su fruta, factor que afecta a esta fuente de trabajo para muchas familias en las zonas de producción que de perderla migrarían a los cinturones de miseria de los centros urbanos.

Domingo 21 Agosto 2016 | 04:00

Generalmente el limón de contrabando proviene del norte peruano, donde los costos de producción son inferiores, poseen la ventaja de la agroindustria que aprovecha su jugo, el aceite esencial y del bagazo se produce papel; elaborados que se complementan con la exportación. La fruta fresca es comercializada en centros de consumo masivo como el de Lima. 
Los frutos de mala calidad que no utilizan en sus procesos tienen la oportunidad adicional de contrabandearse a Ecuador, donde los precios en dólares son doblemente atractivos. Otro agravante son los pasos clandestinos por donde, en complicidad con inescrupulosos funcionarios, el limón se introduce con otros productos como arroz, fréjol, cebolla, lácteos, incluso drogas, que pese a denuncias por la prensa aún no se corrigen.
Estos limones de segunda clase y estropeados por el largo viaje vienen en grandes sacos de malla roja (casi el doble de los nuestros), saturan el mercado y llegan a mitad de precio o menos, a mayoristas quienes los camuflan en sacos verdes tamaño pacas y los revenden obteniendo doble beneficio; con esto someten a nuestros productores por tratarse de un producto perecible, desventaja que aumenta sus pérdidas. Este manejo es notorio y visible en los centros de acopio de Guayaquil, Manta, Portoviejo y otros. 
La solución está en manos de las instituciones de control exigiendo, antes de ingresarlos al país, el pago de los respectivos impuestos y la aplicación de normas fitosanitarias vigentes. 
El contrabando trae riesgos fitosanitarios adicionales como el caso del insecto minador de la hoja de los cítricos. Ahora la alerta es por el Huanglongbing (HBL) o “enfermedad del dragón amarillo” que ataca de preferencia cultivos de limón, naranja y mandarina. 
Presente ya en cítricos de Brasil, fronterizo con nuestros vecinos Perú y Colombia, su eventual llegada al país se puede evitar con medidas preventivas como exigentes y estrictos protocolos de vigilancia y cuarentenarios para frutos y material vegetal vivo de limón u otros cítricos, ya que para esta enfermedad no hay medidas curativas. 
Del tema ya conoce Agrocalidad, dependencia oficial del MAGAP, que tiene la obligación y oportunidad de reivindicarse con los productores ante lo que ya se conoce como la década perdida de la agricultura.
(*) Investigador categorizado Senescyt.
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