Es aquí donde recordamos diversas reuniones desarrolladas con el objetivo de rescatar esta vía de agua que mantiene con vida productiva a extenso territorio del valle, que atraviesa desde las montañas de Santa Ana hasta desembocar al océano.

Por eso es que, ante las condiciones negativas, aumentadas a raíz del movimiento telúrico, es un deber, por prestigio institucional y profesional, llevar adelante las investigaciones para detectar el origen de los factores que deterioran las aguas y aplicar las soluciones.

Senagua y los gobiernos provincial y cantonales, principalmente, están comprometidos a llevar adelante esta actividad que conlleva salud, seguridad y desarrollo, especialmente por la descontaminación de las aguas redentoras y sustentadora de la esperanza que lleva el río Portoviejo través del campo, para hacerlo fértil.