Actualizado hace: 927 días 18 horas 54 minutos
Colón
El Descanso Pasional dejó de ser un prostíbulo

Durante muchos años el Descanso Pasional fue un conocido local ubicado en la parroquia Colón donde se ofrecían servicios sexuales.

Domingo 31 Julio 2016 | 04:00

Este era uno de los prostíbulos más famosos del sector y muchos lo identifican como “Colón Nuevo”. Sus visitantes se contaban por cientos cada semana, sin embargo ahora muchos se “estrellan” cuando quieren ir a recordar viejas andanzas, pues aunque la construcción siguen igual con su entrada de columnas romanas y su cerámica color café, allí ahora lo que funciona es una Casa de Acogida para personas que lo requieran.

El lugar fue rebautizado como “Una Vida con Propósito” y por ahora lo habitan ocho personas, además de quienes les dan asistencia. La estructura se mantiene casi igual, solo que los cuartos que antes servían para el ajetreado  trabajo de las trabajadoras sexuales ahora brindan descanso a sus huéspedes
Social. Carlos Williams Suárez, director del lugar, menciona que allí viven personas que padecen alguna dolencia, sobre todo psicótica, y sus familiares tienen dificultades de tenerlos en sus casas; también se suman los que pasaban en las calles o parques y no tenían quién los acogiera. Allí es que entra en acción Suárez, quien los convence y los lleva a que tengan una especie de hogar donde dormir, comer y hasta recibir asistencia psicológica. 
Uno de los conocidos que está allí es “Vaya no vaya, un personaje al que era común verlo deambular por las calles de Portoviejo con su imperdible saco de basura. Ahora en “Vida con Propósito” es Jorge López Ubillús y no presenta los signos de antaño.
Suárez y su esposa Lluvia Esperanza Pico intentan darles un hogar a todos. Explica que algunos de los familiares de los albergados colaboran para el mantenimiento, además la Curia con el sacerdote Verdi Plaza siempre están pendientes de ayudar, lo mismo que la despensa Super Akí y es clave la colaboración del Centro de Rehabilitación Integral especializado (Crie), que les ayuda con medicina, igual el psiquiatra Robert Loor. Además otras personas e instituciones, dijo.
Luis Mendoza, uno de los albergados, señala que allí pasan bien. El día se les va conversando entre amigos y recordando anécdotas. Cuando reciben visitas de familiares todos se alegran y se comparten alimentos o golosinas que les llevan.
Los responsables del centro, que tiene allí pocas semanas, ahora buscan crear un huerto en el amplio terreno colindante, como una forma de terapia para sus albergados, además para que se mantengan activos con buena salud.
 
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