En la calle Ricaurte y Quito estaba un cerco de seguridad, allí policías y militares trataban de contener la marea humana que se arremolinaba para ser testigos en primera fila de este novedoso hecho. 

Algunos llevaban mascarillas y otros esperaban algo espectacular, similar a lo que pasó con las torres gemelas el 11S en Estados Unidos, uno de ellos era José Posligua, quien llegó desde la comunidad Mejía para que no le cuenten sino él contar lo que vio.

Miguel Loor señaló que lo llenaba de nostalgia ver cómo se iba el edificio en el cual hacía compras frecuentemente, en cambio Miguel Quintuña le sacó provecho a la situación al intuir que iban a llegar muchos curiosos y además motivado por el sol se fue con su carreta de jugos de naranjas a refrescar a los “aprendices” de productores cinematográficos que llenos de ansiedad se compraban la helada porción de jugo.

Explota. A las 13h00 aproximadamente se dio la explosión. Fueron dos detonaciones no tan fuertes y el edificio inaugurado en 1980 se vino abajo. Fue rápido, en menos de tres segundos ya no quedaba Centro Comercial Municipal. La nube de polvo se esparció por las principales calles de la ciudad. Muchos se decepcionaron, pues esperaban algo más grande, más ruido, más polvo más dramatismo, pero con casi tres segundos fue suficiente, el edificio ícono de Portoviejo estaba en ruinas en el suelo.

Así como llegaron los curiosos se fueron. 

Oswaldo Solórzano en cambio se quedó parado a dos cuadras del edificio contemplándolo por última vez. Para él, el centro comercial tiene un significado especial, su padre Isaac Solórzano Cedeño fue el fiscalizador de la obra que la construyó la compañía Etica, recuerda con lucidez. 

Dijo que cada día desde su casa en la calle Alajuela y Ricaurte veía el coloso que ayudó a edificar su padre. “Ahí se fue parte de la historia de la ciudad”, dijo triste.

Mientras que en el lugar del derrumbe inmediatamente empezó otra lucha, ahora contra el polvo, varios tanqueros operados por militares y personas civiles regaron la zona para impedir que las partículas contaminen la ciudad. 

Dos gatos se salvan. Las cámaras de Manavisión captaron a un gato cuando desde la calle Pedro Gual intentaba entrar, pero justo cuando llegaba, el edificio explotó. El animal gira el cuerpo en el aire y se regresa, salvándose de morir. Otro, en cambio, salió tras la implosión en medio del polvo.

Marcel Guillem, gerente del proyecto de reconstrucción del MTOP en la provincia, dijo que la implosión por voladura controlada fue un éxito, ya que no generó mayor ruido. “Más bulla hace una camareta”, expresó, y sobre todo destacó que no hubo ningún daño en las edificaciones vecinas.

La siguiente edificación derribada por explosivos será el edificio del centro médico del Pacífico, en donde se hará una fulminación direccionada; es decir, va por partes y se busca que los escombros caigan hacia un solo lado. Eso sería el próximo viernes, aunque eso está sujeto a cambios, mencionó el funcionario.