Y ahora, con el iniciar del nuevo proceso electoral que se avecina con las elecciones presidenciales en febrero de 2017, se está empezando una campaña promocional de lanzar a un candidato manabita que tercie en dichas elecciones para captar el sillón en el Palacio de Carondelet; y poder tener esa oportunidad de volver a contar con un presidente manabita, como lo fueron en sus tiempos Eloy Alfaro Delgado (Montecristi) y Leónidas Plaza Gutiérrez (Charapotó-Sucre).

Aquellos tiempos fueron muy diferentes, las elecciones eran con las armas y las revoluciones, ahora son con los papelitos democráticos en las urnas. ¿Será acaso que podremos tener esa oportunidad de contar con otro presidente manabita?

Todo es posible en esta vida terrenal, pero si es que ponemos en práctica esa vieja frase “Manabita uno, manabitas todos”, recordemos que la unión hace la fuerza, y así podríamos lograr nuevamente a un presidente manabita, porque sí tenemos buenos personajes profesionales, capacitados, honestos, políticos y administradores de la cosa pública que necesita tener nuestro país para poder continuar su desarrollo. No quiero nombrar a nadie, no es preciso nombrarlos. Somos conscientes de que Manabí es la tercera fuerza electoral del Ecuador, que si nos unimos todos los que residimos acá, más los manabitas que se encuentran fuera de la provincia y del país seremos capaces de poder captar la presidencia de la República. Pero creo que eso será imposible de poder alcanzar, ya que de por medio se encuentran

las grandes empresas electoreras, partidos y movimientos políticos que solo buscan sus intereses para el centralismo nacional de Quito y Guayaquil.

Primero, no practicamos esa frase de “Manabita uno, manabitas todos”; segundo, los manabitas que han tenido la oportunidad antes de este Gobierno nacional, y los que están aún en las funciones públicas -en el presente- de luchar por su provincia en la consecución de sus obras, se han olvidado por completo; y, tercero, si queremos tener a un presidente manabita, vale la pena la unidad de todos, pero no para darle oportunidad a los oportunistas de siempre.

Estamos seriamente comprometidos con nuestro desarrollo, más aún cuando fuimos castigados por la naturaleza con el terremoto de 7,8 grados del pasado 16 de abril. Ojalá aparezca ese hombre o esa mujer manabita que sea candidato (a), y con el apoyo de todos llegue a la presidencia de Ecuador.