Se irán  al suelo y desaparecerán años de esfuerzo y trabajo incluidos en la historia de la capital manabita.

Hoy le toca el primer turno al Centro Comercial Municipal, que en su tiempo fuera la edificación que, con señorial grandeza, imperara en el sector de intenso movimiento comercial, para atender la exigencia que en esa área se presentaba.

Ahora, herido de muerte por los estragos del terremoto del 16 de abril, su sentencia será ejecutada sin más dilaciones, acabando con cerca de 36 años de dominio urbano, quedando solamente como un punto en el recuerdo de quienes lo admiraron.

Igual suerte correrán otras dos emblemáticas construcciones que -se estima- en las próximas semanas serán borradas de la geografía urbana de Portoviejo, restándole la distinción que sus imponentes presencias destacaban.

Quedarán los espacios como huellas de la tragedia dolorosa, esperándose que en el futuro mediato en ellos vuelvan a levantarse símbolos de grandeza de la ciudad, haciendo honor al respeto que se merece y a su anhelada reconstrucción.