Quizás exagerado, quizás verdad a medias, no lo sé; pero no se me caería de no ser por un ministro que se comió “evidencia” para evitar la cárcel, un primo sin educación universitaria que manejó a su antojo el Banco Central y que viajó al extranjero por la boda de su hijo y jamás volvió, aunque el presidente le creyó; el país donde las valijas diplomáticas salían con droga, pero que ningún diplomático fue culpable, el país donde después de un terremoto se usan fondos de “solidaridad” para dar liquidez al estado.

Un país con un canciller de nacionalidad extranjera con mentalidad comunista y visión poco pragmática, que antepone su visión antes de la diplomacia; el país que cuenta con funcionarios consulares que se saltan el protocolo irrespetuosos de la autoridad competente, hoy guarda silencio.

El país promotor de la movilidad humana, el país que surgió de una crisis gracias al sudor de sus migrantes, hoy guarda silencio; hoy calla y se olvida; hoy los recuerda en talleres para formar y continuar quizás con el atropello al verdadero derecho de salir adelante. El país que para evitar que la imagen gobiernista se desgaste más, solicitó protección temporal para los migrantes ecuatorianos, no sin antes dejar claro que Ecuador no quiere limosna, que Ecuador no es un Estado fallido, y que “inscribirse” en el TPS es poner en absoluto riesgo a los migrantes ecuatorianos.

Diría yo más, el país de gobernantes cínicos, de funcionarios ideológicos que no representan el clamor de la población ecuatoriana, hoy es incapaz de dar seguimiento a una solicitud que podría beneficiar a miles de ecuatorianos; pero si es capaz de prepararse, organizarse e informar sobre el tema de un referéndum para continuar “la revolución” ciudadana de la mano del caudillo que hoy guarda silencio; un caudillo que al día de hoy no ha ofrecido pronunciamiento alguno.  

Ecuador, el país de inmigrantes que suplican a un Gobierno que le ha dado la espalda al seguimiento a una solicitud hecha con mala gana, Ecuador el país de migrantes que deben dejar de lado los colores, las ideologías y unirse para rechazar las postura gubernamental y respaldar la designación de Ecuador para un TPS.

Es momento de que Ecuador vuelva a ser tricolor, no por su bandera si no por su diversidad. Somos diversos y pensamos y opinamos diferente, pero todos queremos que Ecuador y sus familias puedan trabajar para la reconstrucción de nuestro país. 

Vamos juntos en favor del TPS.