Para ello, los turistas tienen que abordar una rústica plataforma de metal que se encuentra cercada por una reja oxidada que flota sobre unos viejos tambores de plástico, con el fin de alimentar a decenas de feroces y hambrientos cocodrilos.
Recientemente el parque fue cerrado debido a las denuncias recibidas sobre el riesgo que corren los turistas. Sin embargo, goza de mucha fama tras la publicación de fotos de esta actividad en Twitter.