Paola Pérez, por ejemplo, señala que aún no ven los estímulos ofrecidos por el Gobierno. Ella es directora ejecutiva de la Cámara de Industrias de Manta y critica que en la Ley de Solidaridad se dejó exento de los dos puntos del aumento del IVA (Impuesto al Valor Agregado) a Manabí, pero no se tomó en cuenta que muchas empresas tienen proveedores de Guayaquil, Quito y Cuenca. 

“Al final, terminamos pagando el 14 por ciento y no el 12 por ciento del IVA, y además debemos asumir ese desfase ante nuestros clientes”, expresa.

Solo en Manabí hay más de 500 grandes empresas, según un informe de la Superintendencia de Compañías con fecha 2015. Entre Manta, Montecristi y Jaramijó se hallan las 10 de mayor ingreso económico, según el ranking de la misma Superintendencia. 

Alba González, presidenta de la Cámara de Comercio de Portoviejo, manifestó que la empresa privada en la provincia no ha superado el golpe económico recibido. 

“Los tres meses que dieron las instituciones públicas y privadas para recuperarnos y no cobrar las deudas han sido poco. Noventa días no significan reactivación económica, tenemos deudas con la banca”, indicó.

Según datos de la Asociación de Bancos Privados del Ecuador (ABPE), publicada en la Revista Líderes, la cartera de crédito de Manabí y Esmeraldas, las provincias más afectadas por el sismo, bordeaba hasta marzo de este año los 860 millones de dólares. 

González resaltó que se venía de una crisis general antes del terremoto, y hasta el momento, según ella, falta inyección de liquidez (dinero).

Resaltó que no hay acceso a créditos bajo normas preferenciales, pues les están pidiendo los mismos requisitos que antes del 16­A. “Este terremoto tiene consecuencias a corto plazo por la paralización de negocios y bienes. Solo el crédito oportuno va a reactivar la economía y evitará la morosidad. Si esto no se agiliza habrá falta de liquidez; esto provocará desempleo y pobreza y habrá inseguridad”, agregó.

Según cifras de la ABPE, en Manabí el índice de morosidad está en un promedio de 6,6% y en Esmeraldas llega al 11,7%, por encima del promedio nacional que hasta marzo estaba en 4,6%.

En cuanto a desempleo,  entre el 11 y el 15 abril del 2016, según cifras del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), 9 personas en Esmeraldas y 28 en Manabí solicitaron su seguro de desempleo. Después del terremoto; es decir, entre el 16 de abril y el 14 de julio último, la cifra de pedidos para acceder al seguro de desempleo subió a 292 en Esmeraldas y 1.230 en Manabí.

El vicepresidente de la República, Jorge Glas, en la sabatina 482, del 2 de julio pasado desde Quinindé (Esmeraldas), aunque calificaba de “fuerte y dura” la estimación de cerca de 22.000 plazas de empleo destruidas por el terremoto, manifestaba que ya había respuestas efectivas. Entre ellas estaba la generación de fuentes de empleo directo e indirecto a través de la entrega de créditos. 

CRÉDITOS DE CFN. María Soledad Barrera, presidenta ejecutiva de la CFN, manifiesta que manejan un plan de contingencia como incentivo para ayudar a los empresarios y consiste en la disminución de tiempos en entrega de créditos, reducción de requisitos en sólo 8 trámites y la disposición de entrega de servicios no financieros gratuitos.

La funcionaria señala que han refinanciado 807 operaciones crediticias en Manabí y Esmeraldas por un monto de 147 millones de dólares. También se estableció un período de moratoria por seis meses para el pago de interés y capital, al igual que están suspendidos los procesos de coactivas, embargos y remates en las dos provincias. 

Hasta ahora se han entregado 27 millones de dólares para la reactivación económica de los sectores productivos de Manabí y 7 millones para Esmeraldas. Este monto corresponde al período del 17 de abril al 7 de julio de este año. 

Según estimaciones basadas en la Ley de Solidaridad, se prevé que el sector privado aporte con 1.091 millones de dólares para la reconstrucción de Manabí. 

TURISMO. Unas 11.000 personas se quedaron sin trabajo en Atacames, provincia de Esmeraldas por la reducción de turistas. 

La crisis tiene en vilo a 49 asociaciones turísticas. Atacames representa el 80% de los ingresos turísticos de la provincia de Esmeraldas. 

Diego Rosero vive desde hace 20 años de vender cocos tiernos en la playa. “Nunca viví una crisis tan fuerte como la de ahora”, lamenta el comerciante.

La afectación no se centra en vendedores como Rosero. En el sector hotelero, que agrupa a 400 empresarios en el cantón, también se quejan de la falta de turistas, por lo que despidieron a trabajadores ocasionales, que recibían entre 15 y 20 dólares diarios. 

Se estima que, como consecuencia de las desvinculaciones laborales de hoteles, comedores, comercios formales e informales, 254.000 dólares diarios dejaron de ingresar a Atacames. La cifra es parte del Plan Estratégico para Desarrollo Integral de la Economía del lugar. 

El hotelero Luis Quiñónez ayudó en la elaboración del plan, que hasta el 2014, determinó que 360 hoteles, 500 comedores y 1.500 comerciantes reportaron un ingreso de 51 millones de dólares. 18 meses después, las ganancias bajaron a 10 millones.  

La tabulación de la información revela un decrecimiento del ingreso económico de un 80% en el sector prestador de servicio y 65% del circulante que generaban las 11.000 personas despedidas.

En el Departamento Municipal de Turismo conocen esta realidad. 

En el 2014 contrataron a 48 guardias para proteger al turista, pero por falta de dinero se suspendió el contrato.

“El decrecimiento de turistas y de ingreso económico viene desde hace 9 años”, asegura la directora del Departamento, Gioconda Triviño. 

Para contrarrestar la problemática se capacitó a 1.300 prestadores de servicios en manipulación de alimentos y, después del terremoto, se dispuso la rebaja del 10% en costos de comida y coctelería, 25% en hotelería y entre 10 y 15% en artesanías.

Se esperan resultados de esta resolución hasta agosto, con las vacaciones de escolares en la Sierra. 

Mientras tanto en Manta, Manabí, Esteban Fiallos, presidente de la Cámara de Turismo, asegura que se hallan en un “cuello de botella” para acceder a los créditos de la CFN y BanEcuador. “Hay compañeros dueños de hoteles que aún no pueden iniciar ningún crédito porque falta el estudio de suelo; en Tarqui, por ejemplo, hay muchos hoteles por levantar, pero aún no se pueden iniciar los trámites”, explica.