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Es la hora de manabí

“Podemos más de lo que nos imaginamos y valemos más de lo que pensamos”.

Domingo 24 Julio 2016 | 04:00

Y surge ahora el sentimiento manabita, ese que llevamos los manabas arraigados en el alma; aquel que nos invita a levantar la voz por nuestros derechos, a rechazar lo injusto, a decir basta de tanto olvido, porque tenemos el capital más importante y cuantificador que es nuestra gente, que electoralmente significan votos y que representan una decisión nacional.

Se acercan las elecciones, y los líderes de los partidos políticos nacionales nos visitan, nos traen discursos, promesas, pero ninguno una propuesta que nos diga que los manabitas tenemos derecho a ser  protagonistas en el ámbito nacional.
Por eso, es hora de decir aquí estamos, somos 1’395.000 voces, casi el 10 % de la población ecuatoriana, sin contar con todos los manabitas de corazón y de origen que se encuentran en otras provincias y países, que tenemos que decir basta ya; los manabitas somos muchos, con muchas virtudes, con mucho talento, con mucha capacidad, y yo añadiría con mucha simpatía y solidaridad. 
Estamos prestos siempre a dar la mano, a compartir lo que tenemos; es hora de que apoyemos esta idea de estar frente al país por la provincia, unidos en un solo puño, en una sola hermandad manabita.
Después de la catástrofe sufrida, que ha sido dura por las pérdidas causadas, pero una oportunidad para demostrar nuestras fortalezas, es prioritario presentar nuestra propuesta de hombres y mujeres, que con su altivez, autenticidad y capacidades puedan representar a nuestra provincia. 
Porque es el momento de decir aquí estamos, somos más, muchísimos más quienes estamos dispuestos a expresar lo importante que es nuestra tierra; basta ya de sufrir vergüenza ajena por aquellos representantes de esta provincia que se olvidaron de lucir la camiseta de Manabí, porque les quedó grande y se fundieron egoístamente en un proyecto que dejó de lado nuestra producción, nuestro desarrollo y nuestra dignidad.
Por ello se escuchan nombres y comenzamos a movernos, a justificar nuestra lucha, nuestra protesta; porque son muchos años de olvido, son muchos años de espera. A prepararse manabitas, que nunca más nadie venga a hacer promesas y no cumplirlas, que nunca más nadie ofrezca dádivas cuando tenemos derecho también al premio mayor.
La consecuencia de éste terremoto no es solo casas destruidas; es también el sufrimiento de muchos que lo han perdido todo: su familia, su trabajo de toda una vida; pero, ¿quien está haciendo algo sobre este tema? Tenemos un compromiso con nuestros hermanos, tenemos una promesa que cumplir, tenemos que trabajar juntos. 
¡Es ahora, manabitas!
Porque Manabí sigues siendo la tierra hermosa de mis sueños… 
 
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