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HIGIENE
El camal de la insalubridad
En la sección de cerdos del camal, el suelo están negruzco por la sangre de los animales. Los desechos van a una alcantarillada que está abierta

La carne que consumen los portovejenses se faena en el camal en un ambiente insalubre.

Domingo 10 Junio 2007 | 21:15

El ganado es tirado al suelo donde los matarifes con cuchillos y hachas despedazan las reses. La sangre corre por el piso negruzco. En la sección de cerdos, los chanchos son amarrados de las patas y colgados para faenarlos. El piso también está negruzco. No hay ventilación, ni cámaras frigoríficas para guardar la carne. Los vecinos del camal, en la ciudadela El Progreso, lanzan la basura el corral donde espera el ganado la hora de su muerte. La emergencia de marzo En marzo, un informe del Colegio de Veterinarios, indicaba que de los 20 camales que hay en la provincia, sólo 3 cumplen con la Ley Nacional de Mataderos Municipales. Son Manta, Chone y Bahía de Caráquez. Los otros 17, entre lo que se encuentra el de Portoviejo, fueron declarados en emergencia. Guido Cedeño, veterinario del camal, manifestó que esa emergencia sólo quedó en el papel. El Municipio no ha realizado ningún cambio. Lo único de lo que no se queja es del agua porque está abastecido el lugar. La concejala Atenaida Cedeño, dijo que están buscando en el presupuesto municipal los 33 mil dólares para realizar las obras emergentes: cerramientos, cambio de piso y poner a funcionar los rieles para que el faenamiento se haga en el aire. Carlos Cedeño es un matarife que recuerda que cuando hace 40 años empezó a funcionar el camal se utilizaban los rieles. Un día se dañaron y así continúan. El faenamiento de ganado vacuno se ha reducido. De lunes a jueves son entre ocho y diez diarios. Los viernes y sábado unos 35 cada día. Antes esa cifra se triplicaba. No es que la gente coma menos carne, sino que existe la competencia de los mataderos clandestinos. El Colegio de Veterinarios determinó que en la ciudad hay 70 mataderos clandestinos de donde provienen el 60 por ciento de la carne que se consume. Esos lugares tienen el mismo problema que el camal municipal: la insalubridad. El informe del colegio dice que la carne que se comercializa en los mercados no sigue el proceso de seguridad alimentaria. Para cambiar aquello hay que capacitar al personal del camal, implementar una infraestructura con cámaras frigoríficas, sistema de drenaje e iluminación. En el de Portoviejo nada de aquello se ha hecho. Lo adecuado es que al ganado no se degolle, sino que se lo noquee con una pistola compresora. Y desde allí continúa el proceso en el aire por medio de rieles. El cuchillo y luego una sierra eléctrica son herramientas imprescindibles.
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