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Manabí, tierra de sobrevivientes
Manabí, tierra de sobrevivientes
Por: Milton Bowen Rivera

Viernes 01 Julio 2016 | 04:00

Los sucesos sísmicos, la destrucción de las ciudades impactadas y el testimonio de los actuales momentos que vivimos los manabitas y ecuatorianos, son situaciones muy duras, no solo por la crisis social, familiar y productiva que originó el terremoto del 16 de abril de 2016. Esto significa un año muy duro para nuestra economía por la baja de la bonanza petrolera y todo el aparato productivo del país; sin embargo la vida continúa. “El mundo no está amenazado por las malas personas, sino por aquellos que permiten la maldad”, dijo Albert Einstein, físico- matemático alemán.

Si  logramos sobrevivir en la madre  tierra  que nos   puso  a  temblar,  debemos  estar  agradecidos  y  no  importa  cuántas lágrimas se  nos  escapan;  ya  que  así  nuestros corazones tendrán  alivio  y  renovarán nuestra  fortaleza   y  sacaremos  conclusiones  de  lo  insignificante  de  nuestra  existencia ante  el poder de  la  naturaleza. Hoy los seres  humanos caminamos sobre escombros  y con nuestro espíritu luchador nos levantaremos como  el  ave  fénix, pidiendo a  Dios  que  nos  proteja.
En la reconstrucción se deben utilizar espacios urbanos  que  mantengan  un  equilibrio    social, económico, ambiental y  humano, con  la  nueva  tecnología  en  la construcción  de  edificios  verticales  cimentados  con  técnicas  sismorresistentes;  y  retribuir a  la  ciudad  que  nos  da  cabida,  con la  provisión de  parques  y escenarios de  encuentros, como  tiene Ciudad  Alfaro   en Montecristi, con la excepción que  aún no  se  conecta el barrio San José con Centro  Cívico  Ciudad  Alfaro,  porque  no cuenta con  una  vía  asfaltada acorde con la  técnica  actual. Sugiero  el  tema a  las  autoridades competentes para  acreditar la convivencia sostenible; tenemos que  valorizar el principio de  solidaridad.
En  la  capital  manabita,  Portoviejo,  hay  que  recuperar  el  centro  destruido  por  los  sismos  que  cambiaron  la   imagen  de  la  ciudad  de  Francisco Pacheco,  su fundador. La reconstrucción  deben  hacerla  en  tres  o  cinco  años;  y  con  empresas  ecuatorianas  contratar  las  obras  en  las  zonas  afectadas, con  el  objetivo  de construir el  nuevo  Manabí,  como potencia cultural.  Si no  mantenemos  la  solidaridad  y  la  esperanza,  ante  una  desorganización se  puede  generar  la  desesperación  y la  necesidad  que  creará  caos  y  crisis  peores. Los  profesionales  sabrán  conducir  para  reconstruir nuestras  provincias y sus cantones, con el apoyo del Estado, los GAD municipales,  provinciales  y  manos  solidarias  de   otras  naciones. 
Pensemos  en el  bien  común  de  la  sociedad  manabita  y  ecuatoriana, que  sin  ella  individualmente  no  existimos.  Por  eso  se  requiere  la  unidad,  solo  unidos  venceremos  y  nos  queda  la  tarea  de  levantarnos  para  recuperarnos. ¿Será  delito decir  la verdad?
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