Actualizado hace: 937 días 10 horas 29 minutos
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En nuestro primer comentario de Junio dimos a conocer los motivos por los cuales, este mes marcaba el calendario las fechas de conmemoraciones especiales. Y todas, por las circunstancias que nos trajo el terremoto 16 A, fueron celebradas en Manabí con recato y consideraciones a ese estado de dolor y tristeza que a todos embarga y que con funestas consecuencias ha dejado postrada a nuestra provincia.
A todas esas fechas conmemorativas se les dio el mismo trato, tal como sucedió el sábado último, en que dentro del mes del manabitismo, se celebraron los aniversarios de provincialización y de cantonización de Jipijapa, Montecristi y Portoviejo, hechos estos sucedidos hace 192 años, un 25 de Junio de 1824.
Para destacar estas conmemoraciones cívicas fue suficiente la realización de las sesiones especiales realizadas por las entidades involucradas, a diferencia de años anteriores en que las celebraciones abarcaban actividades populares y festivas.
Cabe destacar que nuestro primer comentario de Junio coincidió con una celebración especial como lo fue el Día Internacional del Niño. Y el último de este mes coincide con una celebración especial y tradicional en Manabí, como lo es la festividad de San Pedro y San Pablo, la que en nuestra provincia constituía un motivo especial de celebración y concentración popular.
Por esta misma razón de la emergencia por la que se atraviesa, en esta ocasión la celebración de San Pedro y San Pablo se la hará circunscribiéndose a los actos religiosos de la procesión y de la misa, ya que nuestra gente está consciente del dolor que a todos embarga por los cientos de muertos y heridos, así como por la destrucción y pobreza a la que se está sometido.
Es por todo esto que con fe y esperanza el espíritu del manabita lleva adelanta su fortaleza cívica y confiando en la demostrada solidaridad, generalizada dentro y fuera del país, espera la pronta y efectiva reconstrucción, a fin de que no queden marcadas huellas del desastre que nos dejó ese fatídico 16 A.
El tiempo pasa y ya han transcurrido 74 días, confiándose en el cumplimiento de los ofrecimientos por que Manabí requiere de la celeridad y seriedad en la ejecución de esos planes que saquen a la provincia de ese estado de postración y de esa emergencia económica que por todos lados se vive. Y que esos planes no queden en simples proyectos a largo plazo o inejecutables.
Manabí necesita seguir siendo lo que siempre fue, con las celebraciones alborozadas y alegres de sus fechas conmemorativas.
Hágase del Manabí de ayer, el Manabí de siempre, ejecutando hoy su necesaria y bien hecha reconstrucción.
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