Actualizado hace: 930 días 18 horas 13 minutos
Manta
Jefferson quiere caminar

Aunque Jefferson Cantos tiene fracturados los huesos tibia, peroné y la rodilla, se siente un bendecido de Dios.

Martes 28 Junio 2016 | 04:00

En la casa donde habitaba junto a su familia murieron siete integrantes, otros más están heridos y él ya empezó a caminar.

Jefferson es otra de las víctimas manabitas que sobrevivió al terremoto del 16 de abril. Cierra los ojos y los recuerdos le regresan nítidos hasta ese fatídico momento. Se terminaba de bañar cuando empezó el sismo. 

La casa de tres pisos ubicada en la avenida 113 entre calle 105 y 104, de la parroquia Tarqui de Manta, empezó a moverse. En cuestión de segundos se desplomó. Entre los pisos fueron quedando los integrantes de la familia. 
 
Fallecidos.
Su padre Alberto Cantos, de 66 años, fue uno de los primeros en morir, una losa lo aplastó, lo llevaron agonizante al hospital Rodríguez Zambrano, pero los médicos no pudieron hacer nada.
Su hermano Jorge Cantos tampoco pudo soportar el peso de las vigas, hierros retorcidos y más hormigón por lo que falleció. La lista de fallecidos la completan un sobrino y cuatro primos. En total siete integrantes de su familia perecieron y pudieron ser más, explica.
Además en la edificación estaban los hijos de Jefferson: Jeffri de 17 años y Keylani de 12. Ella quedó en medio de los escombros, pero además la varilla de una cama se le incrustó en una de las piernas y entre familiares y personas desconocidas lograron sacarla para llevarla al hospital donde casi le cortan la pierna, sin embargo finalmente eso no pasó y fue derivada hasta el hospital Baca Ortiz de Quito, donde sigue un complejo proceso de recuperación.
 
Actualidad.
Él mismo sigue un intenso tratamiento, aún no camina totalmente bien. Su familia lo perdió todo. Sin casa, ahora está acogido en una vivienda de Lourdes Hernández, hermana de su esposa, en la ciudadela Leonidas Proaño, calle 10 de Agosto y avenida Jaime Roldós.
Allí Jefferson reflexiona mientras espera su recuperación. Su trabajo era en el área de mantenimiento de una fábrica de harina de pescado, donde espera volver.
Señaló que aunque él y su familia han pasado por momentos tan duros tanto en lo sentimental con la pérdida de sus familiares y en lo económico con la pérdida de la casa y gastos médicos, la ayuda no ha llegado como se promueve en los medios de comunicación.
En su caso, asegura que ni siquiera llegaron raciones alimenticias. Cree que tal vez el hecho de estar asilado en casa de un familiar hizo que las autoridades le pierdan la pista. Aunque señala que instituciones privadas y de ayuda social le han dado algunas ayudas.
A sus 41 años considera que es una bendición estar con vida y en franco proceso de recuperación. 
Ahora, dice, su misión en la vida es pasar más tiempo con su familia, Con sus hijos, con sus allegados, porque la vida se puede terminar en menos de un minuto. 
Espera la recuperación total de Keylani en el Baca Ortiz y volver a la vida como era antes. Toda esta tragedia le ha fortalecido su carácter y espera seguir siendo útil a la sociedad.
Sobre su cumpleaños que lo celebraba el 21 de agosto, ahora prefiere no pensar. Cree que seguramente lo derive hasta el 16 de abril. Dos horas después del terremoto, cuando salió de los escombros, volvió a vivir, aunque muchos ya lo daban por muerto.
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