La ‘resbaladera’ cuenta con paneles de cristales transparentes que dan miedo incluso a los más temerarios. Está ubicada exactamente entre las plantas 69 y 70 del rascacielo. Aunque el cristal del tobogán mide apenas 3,2 centímetros de grosor, el dueño de la constructora a cargo asegura que es capaz de resistir “huracanes y terremotos”. Por un precio de 19 dólares, los visitantes pueden disfrutar del tobogán.