Tras el terremoto del 16 de abril la pausa fue corta y a los 3 días reabrieron el negocio ubicado en el sector de Puerto Real, cerca del puente del mismo nombre.

“Es verdad que no tuvimos afectaciones en el local, pero con la tragedia las ventas cayeron porque nuestros clientes eran, en su mayoría, personas que laboraban en la zona cero en instituciones públicas, banca y comercio”, indica Guillem, acompañado de sus hijas Alejandra y María Verónica, con quienes está al frente del negocio tras el fallecimiento del otro socio Jorge Bello Moreira, lo que los llevó a hacer otra corta pausa en las actividades.

Guillem recuerda que en el día abrían hasta las 19h00 y luego el portal del negocio se convertía en refugio temporal de las familias que dormían allí, aprovechando la cubierta metálica y por temor a quedarse en sus casas. 

“Esto se llenaba de colchones en las noches”, indica.

Empleos. La cevichería mantiene los 9 empleados que tenía antes del terremoto. “Ellos también sufrieron afectaciones y seguimos por ellos, por nosotros, por la ciudad que necesita reactivarse, ni siquiera pensamos en despedirlos”, añade Guillem.

“La recuperación es lenta, se saca al menos para pagar a la gente, pero nos mantenemos firmes”, reitera, y su hija Alejandra dice que los dos golpes sufridos son un incentivo para salir adelante, crecer, mejorar, lograr lo que se han propuesto.