Actualizado hace: 929 días 20 horas 34 minutos
Manta
Pamela se fue bonita al trabajo, horas después murió en los escombros del Felipe Navarrete

Los ojos de la pequeña Yarlin, de 7 años, comenzaron a llenarse de lágrimas mientras escucha a su abuelo contar la historia de su madre, Pamela, fallecida en el devastador terremoto del pasado 16 de abril.

Miércoles 29 Junio 2016 | 04:00

Pamela Katherine Bozada Rivera, de 25 años,  madre de dos niños, es una de las víctimas mortales del colapso del edificio “Felipe Navarrete” en Tarqui, ese sábado fatídico.

Su padre Antonio Bozada dice que minutos después del terremoto  regresó a su casa ubicada en el barrio Abdón Calderón para ver cómo estaba su familia y vio con alivio que todos estaban bien. “Tratamos de comunicarnos con Pamela, pero no hubo respuesta y me fui para Tarqui”,  contó.
Lo que vio Antonio al llegar le heló la sangre.  El edificio se había derrumbado como un castillo de naipes y no sabía qué había pasado con su única hija, Pamela.
Después, se dio cuenta que podría haber pasado lo peor, pero mantenía la esperanza de que ella sobreviviera.
No fue así. Pamela había muerto. Su cadáver fue rescatado tres días después del  sismo.
“Creo que ella no murió enseguida. Cuando la encontraron, ella tenía su blusa puesta en la cabeza; parece que alcanzó a sacársela para cubrir como un vendaje su cabeza y eso me hace pensar que pudo haberse salvado”, narró Antonio.
LA ÚLTIMA VEZ. El día del terremoto,  en  horas de la mañana, Pamela se arregló para irse a trabajar. Su madre Cruz Rivera cuenta que como nunca se esmeró en arreglarse, se peinó e incluso se hizo una trenza.
Dice que siempre solo se cogía el  cabello con un moño y salía. “¿Cómo estoy mami?”, preguntó  Pamela.
“Estás linda, a dónde te vas, ¿cómo así te has peinado?”, le contestó su madre.
“No sé mami, hoy quiero ir con una trenza”, dijo Pamela, y después se fue a laborar.
Viviana Zamora, prima de Pamela, cuenta que ella se despidió de sus hijos y salió junto a su esposo Luis Vargas, que también trabajaba en la misma empresa, pero en las bodegas, que están ubicadas en La Pradera.  “Ella estaba  muy feliz, recién se había casado en febrero”, cuenta Viviana.
“Pamela para mí fue como una hermana, nos llevábamos bien y nos contábamos nuestras cosas”, dice.
Viviana fue su testigo en la boda civil de Pamela. “Todavía recuerdo lo feliz que estaba, tenía su rostro radiante y una gran sonrisa. Había cumplido su sueño de casarse con el hombre que amaba”.
A Viviana le cuesta aceptar la partida sin regreso de Pamela. “Es muy triste ver a diario a sus hijos, la niña de 7 años y un niño de 11 meses, que aunque no les falta el cariño de su padre y sus abuelos, no es lo mismo que estén con su madre”, expresó Viviana.
En la familia existe un vacío. Pamela hace falta.
Su prima dice que ella es el número 115 de la lista de fallecidos en el terremoto. Ahora es solo una cifra, pero también un gran recuerdo.
Compartir en Facebook
Compartir en Twitter
  • ¿Qué te pareció la noticia?
  • Buena
  • Regular
  • Mala

Más noticias