Los habitantes del barrio Santa Ana, sector donde está el tanque elevado de agua potable, demandan un mayor control a los operadores de la EAPAM, pues cada vez que bombean agua para el sector no controlan el tiempo de despacho, lo que provoca el rebose del tanque elevado y el consecuente desperdicio del líquido que termina inundando las calles y los patios de las casas. El bombeo para llenar el tanque se lo hace dos veces por semana.