Así lo informó Luis Delgado, vendedor de tablas y caña guadua, en una distribuidora situada en el centro de la ciudad.
“Antes del terremoto, lo que más se vendía eran tablas. Ahora hay una gran demanda de caña guadua”, agregó Delgado.
Los hermanos Rafael y Edgar Santana fueron hasta la distribuidora “El Prado” a comprar caña guadua para construir una casa en el barrio El Mirador.
Irene Castro también compró caña guadua para hacer una casa en el barrio Eloy Alfaro. Antes vivía en una casa de dos pisos, que se desplomó por el fenómeno natural, por la escuela Luis Felipe Chávez.
Marcos Zambrano, vendedor de caña en el barrio Nuevo Amanecer, señaló que antes del sismo, a la semana vendían 100 cañas, pero actualmente esas 100 cañas las vende en menos de tres días.