Recordó que en la primera fase del diálogo nacional minero, que inició en Portovelo el pasado 9 de abril y ha continuado en Íntag, Zamora, Cuenca y Macas, la Subsecretaría de Minas ha realizado reuniones de trabajo con comunidades a favor y en contra de la explotación minera. Ello, explicó, con el afán de compartir información sobre el sector minero y de recibir de las comunidades sus percepciones sobre esta actividad. "Los resultados positivos del diálogo nacional minero han radicado no solamente en la activa participación de los actores comunitarios, sino que se ha visto enriquecido con la participación de otras carteras de Estado como las de Bienestar Social, Gobierno, Turismo, Agricultura, Salud, Educación y Trabajo", señaló. En un comunicado, el Ministerio de Energía señala que esto ha permitido que las comunidades analicen su problemática "más allá del mero enfoque sectorial minero, para contextualizarlo en el ámbito del desarrollo local y buscar soluciones integrales". Según Acosta, la solución de los problemas del sector minero no se resuelven "con el simple voluntarismo de algunos que buscan forzar soluciones seudo legales ante el imperio de la arbitrariedad que ha caracterizado a la administración pública del sector minero, desde el año 2000". "Si no es tolerable el abuso y la prepotencia de ciertos grupos empresariales mineros, causantes de varios de los graves conflictos sociales y ambientales que aquejan al sector, estos no se los puede resolver al amparo de la pedrada y del insulto irracional", dijo el ministro. Al igual que ayer, hoy numerosas carreteras de la provincia del Azuay, en el sur de Ecuador, están cortadas por habitantes de la región que exigen la salida de varias empresas mineras extranjeras a las que acusan de perjudicar al ecosistema y al desarrollo social. Grupos de ciudadanos de la provincia han bloqueado las principales vías de acceso a Cuenca, capital del Azuay y tercera ciudad del país, e impiden el tránsito de vehículos hacia la costa y el interior, con lo que la población ha quedado prácticamente incomunicada por tierra. Los manifestantes colocaron barricadas de piedras, arena y otros materiales, además de neumáticos y palos a los que prendieron fuego para evitar la circulación en las vías del Azuay, aunque algunas ya fueron despejadas. En los últimos años, en diversos lugares del Azuay se han producido enfrentamientos sociales, supuestamente alentados por las mineras, entre los pobladores que trabajan para esas empresas y el resto, que se dedican a actividades diversas y consideran que la minería les perjudica.