En su escrito, Andrade recuerda que Ecuador está considerado como un país sísmico “y, por supuesto, Refinería del Pacífico se encuentra emplazada en una zona sísmica”.

Agrega que esto no quiere decir que no se pueda llevar a cabo dicha construcción, pero, añade, “es necesario que la misma se diseñe de acuerdo a las condiciones del suelo y lo que indican las normas y buenas prácticas para este tipo de construcciones y que son diferentes de acuerdo al riesgo de sismicidad de cada país”.

También se muestra de acuerdo con lo que dijo Yepes sobre que sí es posible construir una refinería en todos los sitios, pero debe construirse bien.

“Efectivamente, todas las instalaciones previas de Refinería del Pacífico se construyen siguiendo las normas y especificaciones más avanzadas, ya consideradas en los estudios de ingeniería, considerando además que los estudios realizados por la consultora SK E&C establecen como el mejor sitio dentro de la zona rural de Manta y Montecristi al área denominada A2, por motivos geofísicos, socioeconómicos y ambientales”, destaca Andrade.

Alto nivel.  En la carta, el funcionario también indica que la ingeniería básica del proyecto Refinería del Pacífico “fue desarrollada tomando en consideración la información aportada por el estudio de suelo en sitio y la Norma Uniform Building (UBC), la cual considera un nivel alto de sismicidad (nivel IV)”.

Además, señala que durante la ejecución del IPC (Ingeniería, Procura y Construcción, las fases de realización de la obra) se implementarán todas esas consideraciones en el proyecto “para asegurar al país que las instalaciones industriales de Refinería del Pacífico se construyan bien y de acuerdo a lo que dictan las normas”.

Sin daños. Finalmente, manifiesta que en el terremoto del 16 de abril, las instalaciones que hasta ahora han sido construidas como parte de la obra, tales como vías de acceso, plataformas y acueducto no sufrieron ningún daño, lo cual atribuye a las consideraciones técnicas adoptadas durante su fase de ingeniería.

La Refinería del Pacífico tiene un costo estimado de unos doce mil millones de dólares.

El complejo tendrá la capacidad para refinar 300 mil barriles diarios de crudo. El complejo forma parte de una alianza estratégica entre las empresas estatales Petroecuador y Petróleos de Venezuela.