“Hemos hablado con los supervivientes, estamos intentando reconstruir cuántas personas podrían ir a bordo de los barcos que han naufragado y calculamos que hay al menos mil muertos en esta última semana”, afirmó el portavoz de la OIM en Italia, Flavio Di Giacomo.

Explicó también que en los últimos días fueron socorridas 13 mil personas que intentaban llegar a las costas europeas cruzando el Mediterráneo, pero que en lo que va de año han sido rescatadas cerca de 47 mil, en línea con las 47.400 personas asistidas en el mismo período del año anterior.

“No nos encontramos en situación de emergencia, son números que Italia ya conoce desde hace un par de años y que está gestionando bastante bien: 47 mil hasta ahora y 150 mil al final del pasado año. No son números excepcionales para un país de 60 millones de habitantes en un área (amplia) como la de la Unión Europea (UE)”, sostuvo.

Cifras. Di Giacomo insistió en que, si se miran las cifras, “no se pueden hacer alarmismos”, porque Europa “no se encuentra frente a una invasión”.

Sin embargo, prosiguió, “sí estamos frente a una emergencia humanitaria porque la gente continúa muriendo de forma excesiva”.

Italia ha vivido en las últimas semanas “intensos flujos de llegadas” que se deben, dijo, a que por “primera vez en meses desde Libia no han salido lanchas neumáticas capaces de transportar entre 100 y 130 personas, sino grandes embarcaciones en madera con 400-700 personas a bordo”.

“Por eso por cada partida ha aumentado el número de llegadas y de muertos en los naufragios”, agregó Di Giacomo.

Por último, subrayó que Libia “se encuentra en una situación de inestabilidad”, a pesar de que “desde hace meses se habla de la necesidad de ayudar a la estabilización de un Gobierno en el país”.

En la última semana, la Guardia Costera italiana ha coordinado el rescate de 13 mil personas y se han producido tres naufragios en los que el número de muertos, como ha ocurrido en anteriores ocasiones, es difícil de determinar y se basa en los testimonios de los salvados.

Carlotta Sami, de la Organización de las Naciones Unidas, cifró en 700 los muertos en los últimos días.