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Julio Navas
También estamos cansados

En su informe del 24 de mayo, el presidente Rafael Correa dejó claro que ya está cansado. No quiero llegar a malas interpretaciones de lo dicho, pero es que un alto porcentaje de ecuatorianos estamos cansado de la revolución del siglo XXI. ¿Por qué? Por increpar a una anciana en un hospital, por enfrentar a un joven en la calle como todo un valiente, por amenazar con meter presos a los damnificados del terremoto que pedían agua, por no respetar la opinión de un monseñor de la iglesia católica, a quien se ofendió. Pero hay más.

Martes 31 Mayo 2016 | 04:00

El desempleo va en aumento, son más compatriotas sin un trabajo estable y no vemos acciones de parte del gobierno para solucionar esta grave situación. Otro gran problema que desacredita la gestión gubernamental es el alto costo de los artículos en general, todo ha subido de precio, negarlo es imposible; le impusieron el 100% a las cocinas a gas, las salvaguardias para las importaciones dispararon los precios; y la estocada final, el IVA al 14%. Reflexiono: Los socialistas que tanto le dan palo a las clases sociales pudientes, ahora pasan el sombrero y le sacan plata a todas las clases sociales.
Uno de los errores imperdonables de la revolución del siglo XXI es haber abierto una puerta para que el consumo de droga en los jóvenes se multiplique alarmantemente, todo por la bendita tabla de consumos mínimos. Es verdad que no legalizaron la droga, pero si un adolescente sabe que si consume un mínimo, la Policía no podrá hacer nada. En los planteles educativos no se los puede tocar, se nos ríen en la cara. Recuerdo que un padre de familia me contó que un consumidor le gritó porque le solicito que se retire de su casa: “¡la droga ya es de todos!”.
Violaciones constitucionales como retirar el aporte estatal para los jubilados del IESS, el poner techo a las utilidades, desviar parte de la cesantía de los trabajadores, cuando todos sabemos que los derechos son intocables según la Carta Magna. El poder radica en el pueblo, que somos los mandantes, decían; pero nos dieron la espalda para las reformas constitucionales. Se abusó al mandar preso a un coronel de la Policía por responder una pregunta de un periodista -fue tan evidente-. Utilizar recursos públicos en las sabatinas para perseguir ciudadanos por el delito de discrepar; denigrar la honra de expartidarios, hacer promoción política, lo que nadie investiga.
Ya se va, pero nos deja una gigantesca deuda externa, que hasta los que nazcan después de varios años les tocará pagar. Cuando tuvimos dinero se construyeron elefantes blancos como ese aeropuerto donde no aterriza nadie y la refinería de El Aromo que nunca nació. 
Se gastó 43 millones en el edificio de Unasur, dinero de los ecuatorianos. En la aventura espacial otros millones más. Subsecretaría del “Buen vivir” un gasto innecesario. Se regaló casi 30 millones a Haití y otros millones a Cuba para vivienda. Pregunto: ¿el Presidente puede regalar el dinero de los ecuatorianos a su arbitrio?, ¿es legal?, ¿quién fiscalizó?, ¿si regalamos casa en Cuba y Haití, podemos hacer lo propio en Manabí y Esmeraldas? Esperamos respuestas y no más ofensas.
 
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