Nuestra preocupación básicamente se encamina a saber si las propiedades de las instituciones públicas que tienen su sede aquí en la provincia de Manabí están debidamente aseguradas por alguna compañía o financiera que les permita, luego de la destrucción que sufrieron por el terremoto, reconstruir o reparar el daño sin costo alguno para la entidad afectada, más aún cuando se sabe que es obligación de la máxima autoridad de cada una de estas, el orientar y dirigir la correcta conservación y cuidado de los bienes públicos.

Si bien nos preocupa la situación del edificio del Cuerpo de Bomberos de Portoviejo, es por cuanto este, a más de ser emblemático, es el que siempre requerirá de recursos para lograr el efectivo cumplimiento de sus fines y objetivos; no obstante, de que su actual administración nunca se preocupó por mejorar la institución, mientras otros como el Cuerpo de Bomberos de Manta por ejemplo, presenta un gran avance técnico y logístico, y de mucho respeto a su personal de tropa y administrativo, sin intimidación ni amenaza alguna. 

Puede observarse a simple vista, que la edificación de Portoviejo presenta serios daños en su parte estructural por lo que, sin ser entendido en la materia, supongo que su demolición es un hecho inminente; de allí que, de estar asegurado el edificio, como efectivamente así lo creemos, será esta institución financiera de seguro la que deba asumir, previo a un análisis técnico, el costo de su reconstrucción o reparación de manera responsable.

Es hora entonces de empezar con la tramitación respectiva; empero, para el evento de no haberse contratado el seguro (que por Ley tenía la obligación de hacerlo) que haya permitido precautelar la edificación con la suficiente anterioridad, la máxima autoridad debe responder administrativa, civil y penalmente su manifiesta negligencia en la custodia de bienes del sector público; así como la irresponsabilidad el mantener el lucro cesante a vista y paciencia de la delegación provincial de la Contraloría General del Estado, respecto de la cantidad de locales sin arrendar sin embargo de haberse gastado un dineral en la readecuación y pintada de todas sus instalaciones y oficinas.