El sueño de Robert M., de siete años de edad, es convertirse en Policía para atrapar a quienes anden al margen de la ley y también para ayudar a su mamá y hermanas a salir adelante.
Sin embargo, al pequeño se le dificulta estudiar y para hacerlo tiene que ir acompañado de su hermana o su mamá, ya que una enfermedad no le permite ver con claridad, y tanto las letras como los números son sólo manchas para él.
Y es que Robert no vive una vida normal como lo haría un niño de su edad, tiene prohibido mirar televisión, bañarse en una piscina, jugar pelota, y otras actividades que sus amigos hacen. A pesar de eso, las ganas y el entusiasmo que él tiene le permiten igualar ciertas barreras y superar otras.
Madre. Karina O., su madre, indica que su hijo padece de una rara enfermedad que afecta el tejido conectivo, llamada Síndrome de Marfan, la cual se caracteriza por afectar el esqueleto, pulmones, ojos, corazón y los vasos sanguíneos, además también del crecimiento de los miembros, es decir manos, piernas, dedos.
Ella indica que la visión de su hijo es limitada, y que necesita de un tratamiento costoso. Añadió que hasta los 18 años su hijo tendrá que estar cambiando constantemente de lentes, y el gasto que eso demanda es imposible de solventar para ella, a menos que haya quien le dé la mano.
“Quisiera que me ayuden, no tengo tiempo para trabajar porque debo cuidar a mi pequeño, soy de escasos recursos y el médico me dijo que mi hijo tiene un alto porcentaje de discapacidad, y si no le hacemos un tratamiento podría quedarse ciego”, señaló.
Sostiene que tuvo que hacer operar a su hijo porque tenía luxaciones, y aunque la enfermedad de Robert no se aprecia a simple vista, le preocupa el estado de salud de él, debido a que el padre del niño también padece de los mismos síntomas y tiende a empeorar, explicó.