Ciudad que nació libérrima el 18 de octubre de 1820; ciudad que por el calor humano de su gente es innata su hospitalidad; es Portoviejo, ciudad de arrabales lindos, de bellas mujeres y de laboriosos hombres que la hacen grande, al igual que nuestra provincia de Manabí.
Es la ciudad puerto turístico, valle ecológico de acogedores ensueños que volverá a resurgir como el ave fénix; porque el manabita no doblega su fortaleza, la cohesión social; es decir, su férrea e incólume unidad lo hace grande entre los grandes de gran dignidad.
Este aciago día será siempre recordado en la memoria de las presentes y futuras generaciones por los infaustos hechos acaecidos; así mismo, será de especial reflexión por la solidaridad de los ecuatorianos, que generosamente nos dan su voz de estímulo y ayuda material para volver a construir y reconstruir nuestros hogares, negocios y fuentes de trabajo, que dignifican la laboriosidad de los manabitas, a fin de generar ingentes recursos a la hacienda pública para bienestar de todos los ecuatorianos.
Manabitas, os invito: al igual que levantamos nuestra voz de unidad y de dignidad el día 27 de septiembre por La Manga del Cura, fecha histórica en la cual quedó rubricado el reconocimiento y ratificación de pertinencia de este territorio dentro de la geografía manabita, a decir siempre la dignidad del manabita es incólume. Su fortaleza, la unidad.
Cabe destacar que el 16A será el día de la cohesión social, de la gran unidad de los manabitas, para lo cual formaremos la gran cadena humana para los récords del libro Guinness, dándonos las manos unos a otros en este día, a la misma hora en todas las calles, plazas y lugares públicos, a lo largo de toda la geografía manabita, en señal de unión, de fraternidad, de solidaridad, de paz, de alegría y de oración por la oportunidad de vida que Dios nos ha regalado y seguir preconizando que: Querer es Poder; Portoviejo la invicta ciudad no doblega, no se rinde, es grande por sus hijos de noble corazón.
Viva la dignidad de los portovejenses.
Viva la dignidad de los manabitas.
Manabí uno, manabitas todos.