Cuenta que era dueño de tres consultorios, los cuales eran un regalo para sus hijos. “Era el tiempo del cambio del sucre al dólar, me salieron baratos”, dice.

Sin embargo, el 16A lo tomó por sorpresa, dañando casi todo lo que por años le costó invertir. 

“Eran tres consultorios, todos dotados con buena tecnología”, menciona.  Estima que entre la remodelación que hizo, más los equipos que tenía, perdió unos 150 mil dólares. 

“Definitivamente el sector de salud es el más afectado. También deben ayudarnos con créditos blandos, como piden que se haga con otros sectores”, enfatiza. 

Kon aclara que hasta el momento no ha mantenido conversaciones con los otros copropietarios del edificio. Comenta que lo poco que sabe ha sido por la prensa. 

“Unos técnicos internacionales que estaban por el lugar me dijeron que la base de la edificación estaba buena. No sé en realidad lo que pasará”, dice.  Recalcó que los tres consultorios no estaban asegurados.

Temor. Quienes están cerca de este edificio piden a las autoridades que sea demolido, pues, indican, representa un riesgo.  

Maritza Quiroz, comerciante de la calle Francisco de P. Moreira y Morales, indica que su local queda ‘a pasitos’ del edificio. 

“Queremos que lo demuelan, nos preocupa porque poco a poco se está cayendo. En la réplica se viró más”, indica la comerciante. 

Jacinto Ávila concuerda con Quiroz. “Mientras más se demoren en demoler, más se demora la gente en venir a comprar por estos lugares”, cita. 

Pedido. Patricio Vélez, director municipal de Ordenamiento Territorial, reiteró que este edificio tiene un alto riesgo de colapso.

“En la segunda réplica del miércoles hubo desplazamientos”, comenta. 

Él aseguró que hasta el momento han enviado cuatro solicitudes para derribar el edificio, pero no han tenido respuesta. 

“Enviamos el informe, pero el órgano ejecutor es el Ministerio de Transporte y Obras Públicas”, asegura.

La zona, calles Morales, Rocafuerte, 9 de Octubre y Francisco de P. Moreira,  muestra las secuelas del terremoto. Los postes siguen en el piso y el lugar está cercado con vallas por el alto riesgo que representa.