LETRA Este es el manuscrito original de los cuatro autores
Fue la noche del viernes 7 de noviembre de 1950, en la casa del pintor Oswaldo Guayasamín: calle Guayaquil, en Quito. Allí, en fiesta de unos ochenta (¡80!) bohemios.
El poeta Jorge Carrera Andrade admiraba un reciente cuadro de Guayasamín, “El Origen”, donde se ve una vasija de barro y dentro de ésta, unos esqueletitos de ñiños. Carrera se impresionó, de la biblioteca de la casa agarró un libro y en la contratapa escribió unos versos: “Yo quiero que a mí me entierren/ como a mis antepasados/ en el vientre oscuro y fresco/ de una vasija de barro”. Tonces, vino el poeta Hugo Alemán, y ahí mismo añadió: “Cuando la vida se pierda/ tras una cortina de años,/ vivirán a flor de tiempo/ amores y desengaños. Luego, el pintor (pintor, no pueta) Jaime Valencia puso: “Arcilla cocida y dura/ alma de cielos y montañas,/ barro y sangre de mis hombres/ sol de mis antepasados”. Ahí fue que Benítez quiso poner lo suyo, pero el poeta Jorge Enrique Adum le quitó el libro y le dijo “Tú, a cantar”, corrigió los versos del pintor y puso los suyos: “De ti nací y a ti vuelvo/ arcilla, vaso de barro./Con mi muerte yazgo en ti,/ en tu polvo apasionado”. Y nació la letra del danzante. Ya hablaremos más del tema.