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Sobreviviente
El amor de los “bonitos”, una historia de enamorados que finalizó tras el terremoto

Una historia de amor murió sepultada cuando se desplomó una casa de cuatro pisos.

Sábado 14 Mayo 2016 | 18:40

Yenrry Puentes y Jahaira Bazurto, ambos de 21 años de edad, utilizaban una computadora en la segunda planta del inmueble, ubicado en el barrio La Paz. 

Aquel 16 de abril Yenrry se decidió a estudiar en la universidad y, con ayuda de su enamorada, intentaba registrarse por Internet en el sistema de ingreso académico. Él quería seguir Fisioterapia. 

En en el mismo piso, acostado en uno de los cuartos, estaba Gonzalo Sánchez, abuelo de Jahaira. 
El tiempo corría con normalidad y los jóvenes seguían en la computadora, cuando de pronto empezó a temblar la tierra. Ella se levantó de la silla con miedo y Yenrry le dijo que se tranquilizara, pues hasta ese momento la tierra no había mostrado toda su furia. Luego el movimiento fue más fuerte y Jahaira corrió hacia el cuarto en busca de su abuelo. Abrió la puerta para despertarlo, pero la casa empezó a caer en cuestión de segundos. 
Ayer Jahaira recordó que no alcanzó ver a su “papi” (como le decía de cariño a Gonzalo Sánchez), porque las losas del edificio cayeron rápido y él no sobrevivió. Dijo que Yenrry logró tomarla de la mano y la abrazó. Cuando abrieron los ojos todo estaba oscuro. Un cerro de escombros los había enterrado vivos. 
“Quedamos aplastados por losas y paredes. Estábamos demasiado apretados. Mi cara quedó sobre la rodilla de mi bonito (Yenrry), y sobre ella una losa que hacía presión. No podía mover la cabeza. Mi bonito me pedía que no me moviera porque, si lo hacía, él vomitaba sangre”, recordó Jahaira. 
“Mi bonito” es como ella le decía a Yenrry, y “Mi bonita” es como él trataba a Jahaira. Tenían cinco meses de enamorados que, expresó ella, fueron los más felices.
Entre los escombros ambos hablaban del amor que se tenían. Él le pidió a ella que siempre sonría, que siga adelante y que cumpla sus sueños. 
“También me dijo que, si no salía vivo, le diga a su mamá (Margarita Andrade) que la amaba mucho y la cuidara”, relató Jahaira, quien debió morderse los labios para tragar su propia sangre y así calmar la sed.  
Yenrry no paraba de vomitar, pero a pesar de lo herido que estaba siempre le dio fuerzas a su enamorada para seguir viviendo, recordó. 
Antes del rescate, Jahaira se estaba quedando dormida, entonces él la jaló del cabello para despertarla y le dijo “no te duermas, mi bonita, que ya nos van a sacar”.
Lo dijo mientras los vecinos del barrio y familiares de Jahaira rompían losas y sacaban escombros para liberarlos.
Ocho horas después la búsqueda tuvo éxito. Jahaira fue la primera en ser rescatada y la llevaron al hospital del IESS. Luego salió Yenrry. En la casa de salud los bonitos se volvieron a encontrar. 
Jahaira tenía herida de gravedad la pierna derecha, y su rostro estaba muy hinchado por la presión que ejercieron los escombros contra la rodilla de Yenrry.  A pesar de esto, él pidió verla y le dijo que estaba más hermosa que nunca. 
Acostado en su camilla, Yenrry la tomó de la mano y le repitió que la amaba mucho, que todo saldría bien.
Luego dos médicos se lo llevaron a otra área y Jahaira fue trasladada a un hospital fuera de Manabí, donde, debido a una infección, tuvieron que amputarle la pierna.
El segundo domingo de mayo, cuando se celebraba el Día de las Madres, Margarita Andrade, madre de Yenrry, llegó a visitarla.
Vestida de negro abrazó a Jahaira. Le dijo que su bonito había muerto.
Ese día la bonita no paró de llorar. 
El pasado martes Jahaira dedicó un mensaje en Facebook a su enamorado. El texto dice: “Te convertiste en mi ángel... me dejas los mejores recuerdos en mi vida. Aprendí de ti que siempre debo llevar una sonrisa, y así será! Cumpliré las promesas, ya que siempre quiso lo mejor para mí. Agradecida por haberlo conocido. Ha sido lo mejor, Mi Bonito”. 
Una cadena con un dije de la Virgen de Guadalupe es el recuerdo físico que le dejó Yenrry. Ahora ella está decidida a cumplir la promesa de seguir estudiando en la universidad. Irá al tercer semestre de Enfermería. Lo cumplirá con muletas o silla de ruedas, pero lo hará. Desea terminar un sueño que Yenrry no logró iniciar, porque el 7.8 se lo impidió.
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