Los publicitados programas de reforestación con los que se trata de mitigar el daño causado cada día al ambiente, en la mayoría de los casos, lejos de mitigar el daño ambiental, profundizan los problemas de desertificación i cambios traumáticos del entorno, como la reforestación con especies introducidas sin técnica alguna, i sólo con el propósito de explotar económicamente la naturaleza como la siembra de la especie Teca. En una investigación de esta popular planta maderable realizado por la Fundación Río Carrizal, se ha podido comprobar que su presencia en algunas zonas de Manabí empobrece aún más los suelos, i en ella no se encontró un sólo nido de aves, a las que afecta su emanación urticante. Se hace necesario que el hombre beneficiario gratuito de la naturaleza, procure la reforestación mental, para que priorice el cuidado al medio ambiente anteponiéndolo a la explotación maderera, i se haga estudios serios sobre cada zona para proceder al restablecimiento de su flora con especies nativas, las que en algunos casos pueden ser menos rentables, pero que garantizan la vida de otras plantas i animales para lograr el equilibrio de la biodiversidad quebrantado por la ambición humana. La reforestación no debe ser tarima política para discursos o fotografías; es un ineludible deber del ser humano, i con mayor razón de mandatarios ya elegidos por el pueblo, quienes al ya no estar en campaña deben garantizarnos un medioambiente sano i libre de contaminación conforme al mandato constitucional. Reforestemos primero internamente al hombre, llevando a las escuelas no la publicidad, sino el mensaje de amor a la madre naturaleza junto a la creación mediante financiamiento estatal de viveros escolares con especies de cada lugar, sólo así crearemos en el homo sápiens el estado mental de cuidar la vida en el planeta i luchar contra el calentamiento global.