En teoría los medios públicos son los más puros y democráticos, pero la práctica es más compleja que la teoría. Surgen dudas sobre el uso y las consecuencias que la puesta en funcionamiento de la televisora estatal puede generar y por lo tanto es necesario que la comunidad sepa cuáles son los alcances comerciales, periodísticos y quizás hasta doctrinarios. Después de todo el canal se financiará con los recursos del pueblo ¿No le es suficiente al gobierno con la cantidad de canales y espacio gratuito que en ellos tiene para difundir sus ideas? ¿Será rentable el canal estatal o será mantenido como una dependencia estatal más que hay que financiar a través de impuestos? ¿Entrará en competencia comercial, al menos en las cuentas públicas, con los canales privados? ¿Tendrá la oposición política del régimen acceso al canal libremente (se entiende que el canal sería de todos los ecuatoriano y no sólo de sus gobernantes actuales)? Y sobre todo ¿qué tan necesario le es al gobierno el canal dentro del plan de gobierno que propuso en la campaña electoral? A través de este comentario no se está censurando la idea misma de un canal de televisión del Estado, se está pidiendo más información sobre el proyecto para que cada ciudadano pueda generar su propia opinión. En otros países, y al final de cuentas en otras realidades distintas a las de Ecuador pero que conviene conocer, los canales del Estado se han convertido en herramienta de regímenes totalitarios y el paso previo a la implementación de censuras contra la libertad de expresión.