Muchos estaban felices abriendo cartones, exhibiendo productos o ensamblando perchas. La intención era atraer clientes y generar ingresos.

Ángel Zambrano fue uno de los comerciantes más entusiastas, ya que desde el 16A no sabía lo que era vender. Su puesto de la calle Pedro Gual y Olmedo sufrió afectaciones menores, pero nada que no se pueda restablecer.

“Estoy con las ganas del primer día”, manifestó Zambrano, al tiempo de mostrar zapatillas, cinturones, y ropa de diversa calidad y precio.

Expectativa. Rodeada de tarjetas multicolores y bajo una sombrilla se encontraba Ana Gender en la misma calle Alajuela. Irradiaba una sonrisa espontánea mientras se escondía de los rayos solares que impactaban sin clemencia.

“Hasta el momento me encuentro en cero. No he vendido nada, pero eso no quiere decir que me encuentro con negativismo”, sostuvo.

Gender tuvo su puesto en los exteriores de la farmacia Hermógenes Barcia en la calle Ricaurte, en el corazón de Portoviejo.

“Estoy llena de ilusiones y de esperanza”, mencionó.

Y cuando se trata de personas motivadas, Sonia Zambrano es una de ellas.

Inmensas flores plásticas decoran su local con precios populares. “Tengo productos de cincuenta centavos en adelante”, declaró la comerciante, agregando que ya había perdido la esperanza de trabajar previo al Día de la Madre. 

Mientras tanto en Manta el comercio se restablece de poco en La Poza y en la avenida 4 de Noviembre. El optimismo es el mismo, todos esperan vender más y la celebración del Día de la Madre es  una gran oportunidad.

En Pedernales el comercio aún no se restablece. Pocos locales han abierto tras el 16A.

En albergues. En las zonas donde están los albergados habrá actos por las madres. 

Allí en medio del dolor por haber perdido sus bienes y en algunos casos sus familiares, muchas madres esperan tener un día tranquilo.

En albergues hay 5.926 personas y otras 14.489 están refugiadas, según la Secretaría de Riesgos.