La búsqueda arrancó ayer a las 09h00 y se realiza bajo la supervisión de dos parientes de la víctima: su hermano y su padre.

Antonio Laine tiene fe en que su hija está viva, y solo desea confirmar que no se encuentra en aquellos escombros. 

“Le he pedido a mi hija que se manifieste a través de un sueño y me dé una señal de su ubicación, y como no lo hace se reactiva mi esperanza de hallarla con vida. Deseo creer que está deambulando por las calles de Manta o que talvez fue rescatada y llevada a algún hospital”, expresó el padre. 

A la joven la han buscado en los centros médicos de Riobamba, Quito y Guayaquil, pero nadie sabe de su paradero.

Su hermano, Gregory, informó que ella tenía cuatro días trabajando en la papelería cuando se produjo el terremoto de 7,8 grados en la escala de Richter. El último diálogo que tuvieron fue cuando él le dio 30 centavos para tomar el bus e ir a trabajar, recordó. 

La joven concluyó sus estudios hace tres meses en la Universidad Eloy Alfaro, y en junio iba a empezar a elaborar su tesis para graduarse de ingeniera en Auditoría.

Seguridad. La búsqueda del cuerpo se realiza con medidas de seguridad extremas. Solo pueden ingresar la policía, la fiscal Ginger Mesías, cinco antropólogos, una maquinaria y los dos familiares de la desaparecida. La restricción surge porque Tarqui es considerada como “zona cero” (destruida), y además hay puntos donde la contaminación es fuerte, se informó. 

La fiscal sostuvo que la búsqueda se mantendrá hasta remover el último escombro. Hasta ayer a las 17h00 removieron un 35 por ciento de la infraestructura. 

Mayra es la única desaparecida que queda por el terremoto, informó la Policía. En el “Felipe Navarrete” fueron retirados 90 cadáveres.