Hace días atrás, "Gabriela" se subió a un taxi y entabló un diálogo con el chofer, siendo el terremoto del 16A el tema principal de conversación.
"Dicen que un ancianito pidió algo de comer en 'El Bellaco' y se lo negaron. Entonces él les dijo 'hoy tienes, mañana quien sabe'. Luego se cayó el edificio", le comentó el taxista, asegurando que pudo ser una "premonición".
Esa pequeña historia se ha repetido en más de una conversación de amigos tras la tragedia del 16A, involucrando incluso a otros locales comerciales que también se derrumbaron.
Ante ello, Victor Emilio Mendoza, dueño de "El Bellaco", habló para desmentirlo.
Mendoza dice sentirse afectado por la publicaciones que se han realizado en las redes sociales, en las que se indica que el indigente había ido a pedir comida y agua a “El Bellaco” y no le quisieron dar, por lo cual fue a otro local cerca y ahí sí le dieron, dando a entender que por eso se cayó el local.
Según esas publicaciones, en el otro negocio sí le dieron comida y que por eso no le pasó nada.
Mendoza indica que eso es falso y le ha causado un gran daño a él y a su familia.
Él estaba en el local y nadie llegó a pedir nada. Además ellos siempre ayudan, afirma.
VIERON LA MUERTE DE CERCA
El dueño de “El Bellaco” vio la muerte de cerca en el terremoto del pasado 16A. Su hija y su esposa salieron de los escombros.
Mendoza asegura que en su local perdieron la vida cinco personas, quienes eran sus clientes.
Él recuerda que aquel trágico día llegó a “El Bellaco”, cerca de las 18h30 y después de aproximadamente media hora, mientras conversaba con un amigo en los exteriores del local sintió el temblor y se puso a mirar el tendido eléctrico y en cuestión de segundos el movimiento fue más fuerte, por lo cual dio la vuelta para decirle a su esposa e hija que salgan del local, pero solo vio que toda la edificación se cayó.
Mendoza señala que se comenzó a desesperar al saber que su esposa, hija y clientes se habían quedado atrapados entre los escombros.
Vivos. “Mi hija salió con vida rápido, pero mi esposa no aparecía, comencé a gritar su nombre esperando que me responda entre los escombros y gracias a Dios salió por un hueco que había quedado, aunque tenía heridas en la cabeza”, expresa.
También destaca que todos los empleados del local lograron salir ilesos, a excepción de una comadre de él, quien estaba trabajando en la cocina y quedó atrapada.
En el momento del rescate tuvieron que cortarle el brazo para poder salvarle la vida, recuerda.
Ella está internada en una casa de salud de Guayaquil, donde se recupera. El hombre asegura que perdió todo en el terremoto y espera ser beneficiado con algún crédito financiero para volver a invertir en su negocio y trabajar.
