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Después de la tragedia
Después de la tragedia
Por: Enrique Delgado Coppiano

Sábado 30 Abril 2016 | 04:00

 El macrosismo que ha devastado a la provincia de Manabí y al sur de Esmeraldas con una medición de 7,8 en la escala internacional respectiva, junto a otros desastres de la misma magnitud, está catalogado de arriba hacia abajo en el quinto lugar de ocasionar los mayores daños a las zonas donde se hicieron presente. Una gran calamidad que hoy, unidos los manabitas y con la solidaridad de los ecuatorianos y países amigos, tenemos la obligación de luchar por superar los efectos de la tragedia. 

Cuando se habla de la creación de fondos específicos a nivel nacional, destinados a financiar la dura empresa que debe desarrollarse, grandes sectores sociales ciudadanos consideramos que deben expedirse las medidas legales que formen un Fondo de Reconstrucción de Manabí – Esmeraldas con los valores a recaudarse y los aportes nacionales o internacionales que puedan nutrir a este fideicomiso. Así ocurrió en el gran terremoto de Ambato, cuya totalidad debe ser administrado por un Frente de Reconstrucción en el que participen  los representantes del Gobierno Nacional que se considere conveniente, pero con una participación  activa de personas de gran calidad moral representando a la Sociedad Civil, que deben, con sus conocimientos cercanos a la tragedia ocurrida, invertir de manera honorable y justa el último centavo que llegue a formar parte de este fondo. 
Entendemos que un legislador manabita ha presentado una propuesta similar a lo antes expresado, opiniones que deben unirse para dar luz a lo planteado, pues se considera que esta dura tarea de reconstrucción durará más allá del tiempo que le queda al actual régimen. Esperamos un pronunciamiento de las zonas afectadas sobre este planteamiento. 
A su vez, los pueblos que hoy han sentido este duro trance nos piden recoger el agradecimiento sentido y eterno al alcalde de Quito, Ec. Mauricio Rodas y Concejo quiteño, por la rápida y urgente ayuda que se brindó a Chone y Manabí con la Empresa Eléctrica de Quito y la Empresa de Aseo y Obras Públicas del mismo cabildo, que laboraron día y noche por restablecer servicios básicos. Igual a las formaciones militares de la Seguridad Civil de Francia en el suministro de agua, a los miembros de las Fuerzas Armadas Nacionales que controlan la distribución de las ayudas enviadas de todas las provincias hermanas de la Patria. A los gobiernos de Chile y EE.UU. con sus clínicas móviles, a los chonenses residentes en otros lares, a las empresas nacionales que también han concurrido al efecto. Nuestras mentes y corazones, los recordaremos siempre. El Estado tiene la obligación de fijar moratorias a deudas fiscales y que se otorguen líneas de crédito del BIESS para afiliados y jubilados afectados, como han expresado lo hará los sectores bancarios. Mil gracias a todos.  
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