Sobre lo sucedido en la Costa ecuatoriana dijo que “realmente es penoso ver lo que vivimos actualmente”.

Calazacón asegura que estos desastres naturales también se podrían controlar mediante la unión de fuerzas espirituales.

“Nuestra convivencia milenaria asentada hace cientos de años en este territorio como nativos, nuestros antepasados se mantenían juntos, antes éramos más unidos, a pesar de que vivíamos en la selva”, puntualizó. 

Él recuerda claramente el terremoto de 1949 y menciona que siempre los chamanes se reunían para calmar la fuerza de la naturaleza.

“A la religión católica la respetamos y no somos de otra religión, pero más bien creemos en nuestra madre naturaleza, en los ríos, los mares, lagunas, y la tierra.

La madre tierra para nosotros es como una mesa firme, que para que no haya sismos o temblores ella permanece estable, tiene que estar años allí, pero para que no cause movimientos sísmicos tenemos que nosotros estar dando fuerza espiritual”, explicó Calazacón.

Indicó que antes siempre los antiguos curanderos hacían rituales cada cinco años, ahora “nos hemos olvidado, antes no solo se preocupaban por las comunidades tsáchilas sino por todo el Ecuador y el mundo”, refirió.   

Dijo que como presidente de la Asociación va a convocar a los compañeros socios para coordinar acciones y retomar esta costumbre.

Para ello cuentan con el Centro Cultural Aldea Colorada, en donde existe una casa “uru ya”, una estructura típica, con madera propia de la zona, para realizar ceremonias.

“Allí vamos a hacer ceremonias para que esto vaya calmando. Es un ritual sagrado para que la tierra se vaya afirmando, hasta por 40 o 50 años”, señaló.