Abandonado por sus padres, un niño de once años ha vivido durante mes y medio en una comisaría del norte de Bangladesh después de recorrerse el país casi de punta a punta en autobús. “Contactamos con sus padres. Dijeron que no podían hacerse cargo. Contactamos con orfanatos y varias organizaciones de ayuda y tampoco quisieron acogerlo al estar vivos sus padres”, explicó el agente Khalequzzaman.