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Las compras escolares se aprietan en la crisis

Mayra Arteaga espera sinceramente que el calor siga. Cuanto más calientes sean los días y las noches, puede que le siga yendo bien.

Domingo 03 Abril 2016 | 07:00

 Es madre de dos hijos y piensa en los gastos escolares que se le avecinan. Por ello las altas temperaturas le favorecen.

Su familia tiene una microempresa dedicada a la venta, instalación y mantenimiento de sistemas de acondicionadores de aire.
“Desde que ha hecho mucho calor ha mejorado un poco y eso nos ayuda”, cuenta, sobre los altibajos que tiene ese negocio que para suerte de ellos ahora tiene mayor requerimiento de quienes deciden optar por algún tipo de climatización para huir del sofocamiento.
Mayra señala que espera encontrar las mejores opciones  de compra para la lista de útiles escolares, dado que la economía no da para muchos gastos.
Y es que si adquirir los insumos escolares es un reto para muchos cada año, la actual situación revela que el panorama estará más difícil para todos los que componen esta cadena de comercio.
A la baja. Yaneth Bermeo, de papelería y bazar María José, lo explica en números: del contacto que tienen los planteles educativos se prevé que estos han reducido en un 25 por ciento las listas de útiles; en los ocho años de funcionamiento del local por primera vez hacen una reducción en los pedidos a proveedores (alrededor de una cuarta parte de lo de otros años); antes contrataban hasta 20 personas para atención al cliente y ahora serán unas diez; algunas tarjetas de crédito que antes daban 3 y 6 meses sin intereses ahora ofrecen 4 y hasta 7 meses.
“Se ve que va a ser un año complicado para todos, por eso tratamos de tener las mejores ofertas y opciones para los clientes”, resalta.
El termómetro económico también marca a la baja en negocios como Dilipa, que además de venta directa al público, actúa como distribuidor de más de un centenar de pequeñas papelerías en todo Manabí.
José Zambrano, administrador de un local, explica que en los pedidos de estos compradores mayoristas registran reducciones de entre 15 y 20 por ciento.
Señala que ante la baja en los volúmenes de compras (que estiman se reducirá entre el 10 y 15 por ciento) mantendrán opciones como descuentos de hasta el 10 por ciento y obsequios para los clientes.
En tema de personal, Zambrano manifiesta que años atrás contrataban por dos meses hasta 18 personas para aliviar la alta demanda de compradores. Para este año prevén que sólo ocuparán unas doce entre abril y mayo.
En el portal de la papelería Su Copia, en el centro de Portoviejo, 60 cajas de cuadernos esperan a ser cargadas. Como se pensaría, no se trata de nueva mercadería que llega para abastecerse para la temporada. Al contrario, es una devolución al proveedor.
Nelo Bravo, propietario del negocio, cuenta que el año pasado les llegaron unas 200 cajas, pero solo vendieron cerca de cien. Es así como decidió regresar 60 a su distribuidor con la finalidad de acceder a mercadería que tenga mayor rotación. Este comerciante explica que lo que se busca ahora es tener lo necesario, abastecerse de a poco, y que salga la mercadería lo antes posible.
Bravo indica que la situación no es nada alentadora y se refleja incluso en el trabajo que pueden generar: recuerda que hace unos cinco años reforzaban su plantilla con ocho personas para abastecer la demanda, ahora serán apenas unas cuatro.
“Antes el movimiento de las compras escolares duraba más de un mes, ahora con suerte son dos semanas”, afirma.
En el caso de la papelería Mera, con 30 años en el mercado, la situación es muy similar.
De los pedidos a proveedores que solían hacer para esta época, ahora encargan cerca del 60 por ciento.
Así lo explica su propietaria Alba Vega, quien señala que se prioriza la mercadería más económica que tiene mayor salida.
“El cliente ahora opta por comprar lo más económico o no comprar completa la lista”, cuenta la comerciante, quien agrega que apuestan a los descuentos a la hora de atraer a los compradores.
Movimiento. En el negocio de Alfredo Morocho, de venta de mochilas, aún no despega el comercio de artículos escolares. Él dice que en otros años hasta 300 dólares podían hacer en un día, mientras que ahora pueden llegar con suerte a los 50 dólares.
Asegura que se han abastecido de todo tipo de mochilas para ofertarlas desde los 5 hasta 40 dólares, teniendo así opciones, según sea el poder adquisitivo de los clientes.
Susana Intriago, quien administra una zapatería, siente el mismo efecto. “Antes para esta época los padres ya cobraban el décimo de una y compraban, ahora no. Vienen, preguntan y si compran optan por lo más económico”, dice la comerciante, que muestra su preocupación por el escenario, ya que toda la cadena del comercio relacionado con el inicio de clases se ve afectada.
“Yo lo que veo es que los décimos y otros pagos se están usando para deudas, o incluso las compras diarias de comida. Ya la economía no es como antes, que la gente se guardaba y sólo usaba en gastos escolares”, comenta.
Previsiones. Jhonny Chica no vende nada relacionado con útiles, uniformes o algo escolar. Lo suyo es el comercio de víveres y de tarjetas de recarga de celulares. Tampoco ve bueno el panorama, explica cómo sus ventas han bajado drásticamente en los últimos meses.
Cuenta que, por ejemplo en el caso de las tarjetas, las que tienen mayor salida son las de tres dólares y ya muy poco las de valores superiores.
En el caso de los productos de consumo masivo le pasa igual, los volúmenes de venta han tenido un descenso que no sabe bien cómo va cubrir.
Su preocupación no es casual: tiene cuatro hijos, de 15, 12, 9 y 7 años. Todos en edad estudiantil.

 

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