Romina, en una entrevista a la revista italiana “Diva y Dona”, que facilitó su contenido, confesó su “profunda tristeza” porque en Italia “sólo” la recuerdan como la cantante del “cua-cua” y que es difícil que el público la acepte en otras facetas como la de pintora o escritora. La artista, natural de Los Ángeles (EEUU), de 56 años, comenzó en el mundo de la música de la mano de Al Bano en el Festival de San Remo de 1968 y al año siguiente se convirtió en la cantante revelación en Italia tras ganar en el Festivalbar. Además, la primogénita de los actores Tyrone Power y Linda Christian debutó con quince años en el cine y trabajó en ocho películas. Romina afirmó que “no soporta la curiosidad maleducada” y reconoció que la popularidad le ha dado mucho pero algunas veces la ha hecho sentir “depredada”. La artista ha tenido con Al Bano cuatro hijos: Ylenia, que desapareció en Nueva Orleans (EE.UU.) en 1994; Yari, que es cantautor, Christel, y Romina júnior, que también ha cantado con su padre.