Según cálculos confiables, el forzoso alojamiento de este sujeto sin bandera definida durante 1.326 días (con sus respectivas noches) contabilizados hasta hoy, nos cuesta a los ecuatorianos: $ 663.000 (s.e.u.o.) que incluye: traductores, alimentación, hospedaje, atención médica y sicológica, medicina, lavado de ropa y sábanas, jabón, desodorante, pulvapiés, champú, loción, crema de afeitar y papel higiénico. Afeitadoras, manicurista, masajista, terapeuta y peluquero. Luz, teléfono, celular, TVcable e Internet.
Y si agregamos el costo de los viajes de funcionarios ecuatorianos de alto nivel para visitarlo, video conferencias internacionales, celebración de sus cumpleaños (ya lleva cuatro en su auto-encierro), más los honorarios de los abogados que debaten en las cortes inglesas a su favor… Uff… ya perdí la cuenta… $$$.
El tema vuelve a ponerse candente, cuando el “Grupo de Trabajo” sobre Detenciones Arbitrarias de la ONU, acaba de expedir una rarísima resolución que “declara arbitraria la detención de Assange, ya que no cabe duda de que se está protegiendo el interés subyacente del procedimiento judicial que se lleva a cabo contra Julian Assange en Estados Unidos”.
¡Vaya resolución de este “Grupo de Trabajo” (no de la ONU)! ¿Y las mujeres violadas, qué? ¿Y el robo de cientos de miles de documentos confidenciales (vendidos por Assange a la prensa sensacionalista), causando conflictos entre países amigos, qué?
Yo creo, y mis asesores legales también, que los abogados defensores de Assange no le dijeron toda la verdad a la ONU, haciéndolo pasar como “víctima de persecución política en peligro de ser condenado a muerte en los Estados Unidos en caso de entregarse a la justicia sueca”. ¡Naranjas! En yankylandia no existe ningún juicio contra Assange por “traición a la Patria”. Este tipo de delito sólo puede ser imputado a ciudadanos nativos de ese país, tal lo es el cabo Bradley Manning, sentenciado a 35 años de prisión por el hackeo (robo) de documentos calientes que luego vendió a Assange en cifras que sólo Manning, Assange y el Diablo conocen. (Continuará)