“Cuba actuó con seriedad y transparencia, y cooperó para encontrar una solución satisfactoria a este hecho”, indica el texto, que precisa que el misil, un “cohete con cabeza de autoconducción láser AGM 114 Hellfire”, llegó al país caribeño en junio del 2014 en un vuelo procedente de París “por equivocación o mala manipulación en el país de procedencia”.
La declaración señaló que una vez que el gobierno estadounidense comunicó oficialmente a La Habana su interés de recuperar el misil, “Cuba transmitió la decisión de entregarlo y se iniciaron las gestiones entre ambas partes para proceder a su devolución”, que culminaron con el regreso del misil ayer a EE.UU.
Según lo informado, EE.UU. llevaba más de un año pidiendo a La Habana que devolviera la pieza, por temor a que la avanzada tecnología de la que está dotado el misil pudiera ser compartida con naciones como China, Corea del Norte o Rusia.
La isla manifestó que el misil, de la firma Lockheed Martin, “fue debidamente conservado y custodiado” hasta el día de su entrega.