El enorme “pulmón natural” se ubica en la calle Che Guevara, junto al antiguo marcador electrónico del estadio Reales Tamarindos. 

“Desde el año pasado las armas se caen solas y a veces eso nos genera temor. Un golpe de esos puede matar a cualquiera”, mencionó el morador. 

En efecto, los operadores del vehículo pusieron énfasis en las ramas que estaban tocando los cables de alta tensión, y que “sacaban chispas con las lluvias”, citó.

Silvio Larrea, director de la Cnel-Portoviejo, aseveró días atrás que están interviniendo en los sitios donde los árboles generan riesgo, y participa la cuadrilla misma que se encarga de hacer recambios de tendido eléctrico y luminarias en todo el cantón y sus parroquias.