La supervisión, control y vigilancia de los locales donde se expenden comidas preparadas constituyen una actividad que cada día las circunstancias la obligan a ser más eficiente, específicamente en razón a los riesgos de enfermedades que pueden devenir mucho más de la preparación de los alimentos en venta abierta.
El arte culinario manabita es uno de los atractivos característicos de la provincia, por lo que hay que exigir que quienes hacen de la cocina su modo de vida, laboren en su negocio observando las estrictas normas y regulaciones que el proceso demanda.
Se conoce últimamente de la intervención de la Agencia Nacional de Regulacion, Control y Vigilancia Sanitaria (Arcsa) en establecimientos dedicados a este trabajo, control que, entendemos, obedece a una programación de trabajo que no debe ser descuidada.
En nuestras ciudades se incrementan los locales populares y en condiciones muy variadas, dada la precariedad de la economía popular, lo que demanda mayor seguridad sanitaria porque aumenta la posibilidad de la aparición de males gastrointestinales si no hay buen cuidado en el aseo del servicio que se brinda.