El delantero argentino anotó uno de los dos goles con los que Delfín ganó 2-0 a Liga de Quito, en un retorno soñado de los ‘cetáceos’ a la Serie A.
Barreiro destacó por su movilidad por todo el frente de ataque, aunque convirtió su tanto como si se tratara de un ‘9’ de estirpe. Jordan Sierra centró a media altura, Barreiro se coló entre los centrales ‘albos’ y sin dejar caer la pelota al suelo, la mandó a guardar en el arco de Alexander Domínguez. Luego vino la euforia: Barreiro salió corriendo hacia al banquillo ‘cetáceo’, con el rostro transfigurado por la emoción del gol.
Desahogo. “Disfruto mucho hacer goles, no es fácil hacerlos, por eso los grito siempre con mucha euforia, aunque sea el quinto gol del partido, al estilo de de Higuaín”, explicó.
No era la primera vez que Barreiro anotaba un gol vistiendo de ‘cetáceo’.
En la presentación de Delfín ante Barcelona, el argentino nacido hace 32 años, convirtió el tanto del ‘Poderoso del Puerto’, en el empate 1-1. Barreiro gritó el gol de la apertura con euforia.
“Es un desahogo cada vez que se anota”, señaló.
Como aquella vez cuando  debutaba en Atlético Tucumán y convirtió un gol, lo gritó con fuerza, subiéndose al alambrado para celebrarlo con la afición.
No era para menos. Barreiro estaba acabando con la peor racha de su carrera, luego de su paso por Instituto de Córdaba, equipo en el que sumó una marca para olvidar en su carrera: 15 partidos sin anotar.
“Tuve que aguantarme los silbidos y los insultos de la gente. Cuando no anotas, la cabeza te juega en contra”, recordó. Por eso, cada vez que convierte se desahoga gritando el gol con ganas.
El ex Mushuc Runa explicó que no es un delantero neto, sino una especie de segunda punta, un jugador que empieza las acciones ofensivas tirado metros atrás.